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Opinión

sábado, 26 julio 2025

Luis Humberto Villarruel en el día de sus cumpleaños “un líder que nació del pueblo”

Por: Admin

En esta fecha especial, cuando el calendario celebra un nuevo año de vida, quiero rendir un sentido homenaje al líder social Luis Humberto Villarruel Lozada. Como los árboles que echan raíces en tierra firme y crecen hacia la luz, así ha sido su historia: una vida sembrada en la humildad, regada con lucha, y florecida en vocación y amor por su comunidad.

La historia de los grandes líderes sociales suele estar marcada por una combinación de coraje, entrega y una profunda conexión con su gente. En el caso de LUIS HUMBERTO VILLARRUEL LOSADA, su vida es el testimonio de un camino forjado desde la adversidad, transformado en compromiso con las causas populares y en servicio permanente a quienes más lo necesitan. Su historia comienza en uno de los sectores más humildes y simbólicos de Neiva: la Loma de la Cruz, un antiguo asentamiento subnormal que, con el paso del tiempo y la tenacidad de sus habitantes, se consolidó como uno de los barrios más representativos de la ciudad, donde tradicionalmente los neivanos se congregan a disfrutar del famoso buharros de la Cruz cada tres de mayo, en una tradición que honra la memoria y la esperanza del pueblo cristiano.

Luis Humberto nació y creció en este entorno popular, al lado de su padre, don Luis Humberto Villarruel, trabajador incansable y propietario de una camioneta estaca de acarreos —una imagen cotidiana del esfuerzo en las calles neivanas— y de su madre, doña Ana Elvia Lozada de Villarruel, dedicada a su hogar, mujer de carácter firme y espíritu solidario. Junto a su hermana Sofia Amparo, vivió la infancia típica de los hijos del pueblo: juegos en la calle, dificultades económicas, pero también el calor de una comunidad que aprendió a resistir con dignidad.

Cursó sus primeros estudios en la Institución educativa Ángel María Paredes, donde se destacó por su responsabilidad y sentido de liderazgo, rasgos que ya anunciaban el compromiso social que lo acompañaría toda su vida. A pesar de los obstáculos propios de su entorno, Luis Humberto no abandonó sus sueños. Finalizó su bachillerato con esfuerzo y dedicación, y posteriormente accedió a la educación superior, graduándose como abogado de la Universidad Cooperativa de Colombia, una institución reconocida por su enfoque comunitario, de economía solidaria y de inclusión social. Más adelante, consciente de la importancia de prepararse para servir con mayor eficacia al interés público, se especializó en Derecho Administrativo en la Universidad católica de Colombia, una de las más prestigiosas del país.

Su carrera profesional fue amplia, coherente y profundamente orientada al servicio público. Se desempeñó en múltiples cargos tanto a nivel municipal como nacional. Fue Personero del Municipio de Neiva, cargo desde el cual defendió con firmeza los derechos fundamentales de los ciudadanos, especialmente de las comunidades más vulnerables. Más adelante, asumió el rol de Secretario de Gobierno Municipal durante la administración del segundo alcalde por elección popular abogado de la universidad externado de Colombia Luis Alberto Díaz Méndez, desde donde contribuyó a la consolidación del orden institucional, el fortalecimiento de la convivencia ciudadana y la articulación con líderes de las diferentes comunas y corregimientos del municipio.

A nivel nacional, ocupó importantes cargos públicos como asesor en la Unidad Técnica Legislativa (UTL) de la Cámara de Representantes, participando en la elaboración de proyectos de ley y análisis de propuestas legislativas con impacto territorial. Igualmente, fue asesor jurídico de varias entidades del Estado, prestando su experiencia y conocimientos a instituciones comprometidas con el desarrollo social y administrativo.

Su vocación iba mucho más allá de la gestión técnica: lo movía un profundo compromiso con el liderazgo social, la defensa de los derechos fundamentales y la búsqueda decidida de la equidad. Esa conciencia social no surgió en los pasillos del poder, sino en lo alto de la Loma de la Cruz, uno de los barrios populares más emblemáticos de Neiva, donde la vida le enseñó desde temprano el valor de la dignidad, la solidaridad y la lucha por las oportunidades. Ese origen humilde marcó su visión política y se convirtió en la brújula ética de toda su carrera. Desde las luchas estudiantiles de los años 70, fue ascendiendo con coherencia, abrazando las ideas liberales de Alfonso López Pumarejo y vinculándose al glorioso Partido Liberal, junto al líder regional del ala progresista del liberalismo el inmolado exministro de Justicia “Rodrigo Lara Bonilla. Comenzó como presidente de las juventudes liberales, luego fue miembro del Directorio Departamental Liberal, y gracias al respaldo firme de las bases populares —esas mismas que veían en él a uno de los suyos—, fue elegido Representante a la Cámara por el Huila, diputado a la asamblea departamental y concejal de Neiva. Desde estos recintos de la democracia, su voz fue la de los barrios olvidados, la de la provincia sin acceso, la de los excluidos del desarrollo. Nunca rompió el lazo con su origen: la Loma de la Cruz no solo fue su cuna, sino el símbolo permanente de su identidad política y social.

A medida que su carrera política fue concluyendo, Luis Humberto no se retiró del servicio. Por el contrario, continua acompañando procesos comunitarios, asesorando jóvenes líderes, y dejando sembrada una semilla de conciencia social. Su historia es, en esencia, una invitación a creer en la fuerza transformadora de la educación, en la importancia de la organización popular y en el poder de la voz del pueblo cuando es representada con honestidad.

Además de su trabajo institucional, Luis Humberto ejerció como abogado litigante, brindando acompañamiento jurídico a personas y comunidades que requerían orientación y representación, especialmente aquellas sin acceso a una defensa técnica de calidad.

Hoy, cuando se mira en retrospectiva su trayectoria, Luis Humberto Villarruel encarna el ejemplo de que el origen humilde no es una condena, sino un punto de partida. Su vida nos recuerda que desde lo más alto de la Loma de la Cruz se puede mirar con dignidad al país entero y exigir un lugar justo para quienes históricamente han sido excluidos.

 

LUIS HUMBERTO VILLARRUEL EN SU CUMPLEAÑOS: UN LÍDER QUE NACIÓ DEL PUEBLO

Neiva, 26 de julio de 2025

Por: Ulpiano Manrique Plata

En esta fecha en la que el calendario celebra la vida, se alza también la memoria viva de un hombre cuya historia no nació en los grandes salones del poder, sino en la cima humilde de un barrio que respira dignidad: Luis Humberto Villarruel Lozada, líder forjado entre las necesidades de su gente y el compromiso irrenunciable con las causas sociales.

Su historia comienza en la Loma de la Cruz, un asentamiento popular de Neiva que con el paso del tiempo se convirtió en un símbolo de resistencia y pertenencia. Allí creció Luis Humberto, entre calles polvorientas y vecinos solidarios, bajo el ejemplo firme de su padre, un trabajador de acarreos, y de su madre, mujer de temple y entrega comunitaria.

Desde niño, aprendió que la dignidad no se mide en riquezas, sino en principios. Estudió en la Institución Educativa Ángel María Paredes y más tarde se formó como abogado en la Universidad Cooperativa de Colombia, especializada en economía solidaria. Luego se perfeccionó con una especialización en Derecho Administrativo en la Universidad Católica de Colombia, preparándose no para el privilegio, sino para el servicio.

Su vida profesional reflejó ese compromiso: fue Personero de Neiva, Secretario de Gobierno Municipal, asesor legislativo en el Congreso y jurista en distintas entidades públicas. En cada uno de estos roles, su voz fue la de quienes no tienen voz; su acción, la defensa del interés común. Desde los barrios, los corregimientos y la provincia excluida, llevó al Estado el clamor de los olvidados.

Pero su liderazgo no fue solo institucional. Inspirado por el ideario liberal de Alfonso López Pumarejo y las banderas de justicia social del mártir huilense Rodrigo Lara Bonilla, construyó su trayectoria política como una vocación ética. Fue presidente de las juventudes liberales, concejal de Neiva, diputado del Huila y representante a la Cámara. Nunca abandonó su raíz: la Loma de la Cruz no fue solo su cuna, sino su faro.

Más allá de la política, Luis Humberto fue formador de nuevas generaciones, consejero de líderes jóvenes y defensor jurídico de quienes no podían pagar una representación legal. Su vida es testimonio de que la lucha social no se jubila, y que el verdadero liderazgo se cultiva con honestidad, coherencia y amor por el pueblo.

Hoy, al celebrar su cumpleaños, evocamos no solo los años vividos, sino las huellas sembradas. Su historia nos recuerda que un origen humilde no limita los sueños, que desde un barrio popular se puede hablarle al país con dignidad, y que la justicia social no es una consigna, sino un camino que se transita con firmeza.

Luis Humberto Villarruel Lozada es, sin duda, un líder que nació del pueblo… y jamás se aleja de él.

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