lunes, 21 julio 2025
Por: Enrique Ramírez
"No juzgues a un líder por sus palabras, sino por sus acciones."
Existe una fábula que denuncia los peligros de la demagogia y la ingenuidad colectiva. El zorrillo, líder carismático pero corrupto, emplea una retórica refinada para ocultar su ambición, mientras que el cuervo, su cómplice, actúa por interés propio. Por su parte, los demás animales, símbolo del pueblo crédulo, aplauden sin cuestionar. De este modo, las promesas vacías encubren el egoísmo y perpetúan el engaño.
Su autor, Emmanuel Emilio Montero, escribe en plataformas digitales. No es seudónimo.
Montero, un joven dominicano de 22 años, creció en condiciones de pobreza y sin acceso a la educación universitaria. No obstante, halló en la escritura su refugio y fortaleza. No necesitó circunstancias ideales para crear sus fábulas, las cuales son profundas reflexiones sobre la lucha, la esperanza y la resistencia. Escribe para sanar, soñar y conectarse con otros.
Está es la fábula.
En el ámbito de la elegancia, Zorrillo se destacaba notablemente; su porte era refinado y de su boca brotaban palabras persuasivas. En la favela, se encontraba la gallina, quien era la alcaldesa del pueblo, junto al perro, que cumplía la función de conserje, y otros residentes que desempeñaban diversas tareas. Sin embargo, Zorrillo anhelaba alcanzar un cargo político de mayor relevancia.
Su mejor amigo, el cuervo, lo conocía a la perfección y era consciente de su verdadera identidad. Un día, se organizó un discurso y todos los animales se congregaron, aguardando con paciencia. El zorrillo, como de costumbre, se presentó de manera muy elegante, vistiendo su traje y aplicándose un buen perfume. Junto a su leal amigo, el cuervo, se dirigieron al lugar para cautivar al público. Al llegar, todos los presentes comenzaron a aplaudir y gritar: "¡Zorrillo presidente!". El zorrillo tomó el micrófono y, sin dilaciones, comenzó su intervención ante la audiencia, iniciando con un cordial saludo: "Buenas tardes, compañeros. Hoy deseo compartir con ustedes cuatro palabras de gran importancia. La primera es: 'Acabaré con la pobreza'; la segunda: 'Ayudaré a las familias'; la tercera: 'Todos estarán protegidos de la delincuencia'; y, por último, 'Nadie pasará hambre'. Ante estas promesas del zorrillo, todos aplaudieron, convencidos de su mensaje tan esperanzador. Al concluir su discurso, el zorrillo se despidió del público con un cordial "hasta pronto".
Así que el zorrillo salió acompañado del cuervo y se alejaron del lugar. A medida que se distanciaban, el cuervo le preguntó: amigo, te conozco bien, cuando mencionaste acabar con la pobreza, ¿a qué te referías? El zorrillo respondió: me refería a eliminar mi pobreza y la tuya. El cuervo continuó indagando, y cuando hablaste de ayudar a la familia, ¿qué quisiste decir? El zorrillo contestó: quise decir que ayudaré a mi familia y a la tuya. Y cuando mencionaste que nadie pasará hambre, ¿qué significa eso? Significa que mi familia, y la tuya, no pasarán hambre. Y cuando dijiste que protegería de la delincuencia, ¿qué significa? Significa que mi familia y la tuya estarán a salvo.
Y el pueblo?, que viva cómo pueda.
Finalmente, el cuervo preguntó: ¿es cierto que regresarás? El zorrillo respondió: regresaré para las próximas elecciones. El cuervo sonrió y dijo: Para las próximas elecciones, repetiremos la misma estrategia. Así, el cuervo y el zorrillo continuaron su camino, viviendo del engaño.
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