En la Misa Crismal, el pontífice exhortó al clero a implicarse frente a las heridas sociales y ambientales.

Ciudad del Vaticano, 17 de abril de 2025- Durante la tradicional Misa Crismal celebrada en la Basílica de San Pedro, el papa Francisco envió un fuerte mensaje a los sacerdotes del mundo: no permanecer neutrales frente al dolor y las injusticias que atraviesan la humanidad. Aunque no presidió personalmente la ceremonia, su homilía fue leída por el cardenal Domenico Calcagno, delegado papal para la celebración.

"El campo es el mundo. Nuestra casa común, tan herida, y la fraternidad humana, tan negada pero imborrable, nos llaman a tomar posición", expresó el pontífice en un texto que no solo resonó en la liturgia, sino también en la conciencia de millas de fieles conectados desde distintos países.

La Misa Crismal, celebrada cada Jueves Santo, es uno de los eventos más importantes para el clero católico. En ella se bendicen los óleos sagrados y los sacerdotes renuevan sus promesas. Este año, el papa insistió en que ser sacerdote hoy exige “ponerse en camino” junto a quienes sufren, desde los migrantes hasta los pobres, pasando por los excluidos, las víctimas de violencia y quienes luchan por cuidar el planeta.

Francisco también aludió a la crisis ambiental como una herida profunda: “El clamor de la tierra y el grito de los pobres son inseparables”, subrayó, retomando una de las ideas centrales de su encíclica Laudato Si' .

Con este mensaje, el pontífice continúa su línea pastoral centrada en la compasión activa, llamando a la Iglesia a no replegarse en lo doctrinal sino a salir al encuentro de un mundo que, según él, “no necesita espectadores, sino testigos”.