Fecha de publicación: 2024-03-21 15:14:45
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2024-03-21 15:14:45
Entre la sistólica y la diastólica se puede descubrir como ésta se encuentra ya que si es demasiado alta se podría llegar a sufrir de hipertensión la cual obliga al corazón a trabajar intensamente, esto conllevaría a que el músculo cardiaco se espese y se endurezca provocando una posible insuficiencia cardiaca, por otro lado, si la presión arterial es baja se corre el riesgo de hipotensión, síntoma que se puede generar de otras comorbilidades o de otras patologías.
La hipotensión es el nombre técnico de la presión arterial baja, se produce cuando el ritmo cardíaco, que es el encargado de bombear la sangre al resto del cuerpo, es más lento de lo habitual. Por esta razón, el cerebro y otras partes del cuerpo no reciben la sangre necesaria, lo que puede provocar mareos, sudoración fría, fatiga, cansancio, y en algunos casos, puede presentar visión borrosa y desmayos.
Cuando se presentan estos síntomas, lo mejor es acceder al servicio de urgencias y/o hacer la valoración de los signos vitales para buscar nivelar la presión arterial. Los parámetros normales de una persona adulta deben estar entre 80 en la diastólica y 120 en la sistólica, para considerar que alguien está hipotenso es porque está por debajo de estas cifras, estos indicadores cambian con los infantes ya que manejan otros parámetros un poco más específicos.
Conforme a ello, también podemos encontrar la hipotensión ortostática, la cual ocurre debido a un cambio repentino en la posición del cuerpo. El cambio más común que causa esto es cuando la persona pasa de estar acostada a estar de pie muy rápidamente, sin embargo, esta caída de la presión arterial suele durar solo unos segundos o minutos. Ciertos trastornos neurológicos se han asociado con este fenómeno, aunque, también puede tener causas no neuropáticas. La hipotensión ortostática se define como una caída en la presión arterial sistólica de al menos 20 mmHg o la presión arterial diastólica de al menos 10 mmHg dentro de los primeros 3 minutos de ponerse de pie.
Por otro lado, el exceso de actividad física, altos niveles de estrés o estar en constante estado de alerta genera un aumento en el gasto de energía y esto sumado a una mala alimentación, conlleva a un bajón de presión. La presión arterial baja generalmente no requiere tratamiento, pero a veces se requiere atención médica. Por ejemplo, si la presión arterial baja es la causa del shock, necesitará atención médica urgente para que le administren líquidos o sangre por vía intravenosa y medicamentos recetados para aumentar la presión arterial. Los pacientes con hipotensión mediada por los nervios deben evitar los factores desencadenantes, como estar de pie durante mucho tiempo.
Beber bastante agua y aumentar la ingesta moderada de sal (sodio) en su dieta puede funcionar como otros tratamientos, sin embargo, se debe consultar con su médico de confianza antes de acoger estas medidas. La hipotensión debilita, cansa y puede tener un gran impacto en el bienestar, por eso se recomienda hacer revisiones periódicas para asegurar que la presión arterial se sostenga en sus valores normales.
