Fecha de publicación: 2024-03-18 15:21:26
A Carolina Ramírez le genera repulsión una característica natural de los seres humanos y tuvo que enfrentarla en una escena
2024-03-18 15:21:26
En la larga lista de agresores se incluye a los responsables del cuidado de los infantes en los sectores públicos y privados, contratistas y servidores oficiales, por igual, en el seno de la misma familia y de la parentela, en los círculos de los amigos cercanos, de confianza hellip, Los menores de edad son como materia disponible para la actividad sexual depravada, desviada, aun en los organismos de carácter total (con las puertas cerradas al común no beneficiario directo): instituciones de beneficencia: asilos, reclusorios, orfanatos, concentraciones, 'hogares' de asistencia.
Deleznables y aprovechables, las criaturas expósitas ,a merced de la tragedia inefable- se reproducen desde la cuna (hasta ese punto llegan los tentáculos de los bribones abusadores) Por ser un tema tabú todavía, en especial en Colombia, muchas personas se rasgan las vestiduras cuando el asunto se ventila públicamente y prefieren condenar, sin fórmula de juicio, a los homosexuales.
No hay nada más injusto que señalar con el dedo acusador, y justiciero-exterminador a estos enfermos, traumados en su siquis, cuyas patologías y cuadros subjetivos son desconocidos por el grueso de la colectividad. Los ambientes que promueven el fanatismo religioso-ideológico (bajo el velo de una ignorancia tal vez temporal) son caldo de cultivo para estigmatizar a unos seres desgraciados, individuos desafortunados en el fondo, protagonistas de historias relativas a una temprana agresión sexual en sus vidas, en medio del silencio cómplice de sus propias familias y allegados ,por lo general victimarios de los niños en sus mismos entornos íntimos, al amparo de momentos de soledad y exposición fatales-.
Se conoce académicamente en Neiva, por una investigación conjunta de la Usco y Salud departamental en los años 90, que quienes afrontan en silencio el trauma de la violación temprana ,niñas y niños-, por razones obvias como sus edades físicas, tratan de protegerse desesperadamente dentro de sus iguales géneros, femeninos o masculinos, frente a la indolencia de los adultos y terminan conformando una sociedad homosexual inexorable, que luego se verá perseguida y de pronto sometida al exterminio en medio de arranques de bestialidad ciudadana, de limpieza comunitaria... Se trata de la parte más cruel del efecto del abuso y la violación contra los niños, más allá de las apariencias.
Puede ser una doble sentencia a muerte de los miembros de los grupos diversos, aceptada socialmente y reproducida fielmente por generaciones sucesivas. El manto que cubre esas circunstancias es milenario: de víctimas a victimarios y, viceversa, sin fórmula de juicio. La naturaleza humana ahora se encuentra en el banquillo, aunque su verdadera sentencia condenatoria sea un asunto de corte sacrosanto, muy lejos de los negocios terrestres y profanos de la era en curso.
