jueves, 5 junio 2025
Por: Bryan Steven Cardona Ciceri
Presidente Petro rechaza acusaciones de golpe de Estado por impulsar consulta popular rechazada por el Congreso, respondiendo con fuertes críticas al pasado del país.
La tensión política escaló entre el presidente Gustavo Petro y el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, luego de que Petro anunciara su intención de convocar una consulta popular mediante decreto, tras el rechazo congresal. Gutiérrez acusó a Petro de impulsar un golpe de Estado, mientras que Petro contraatacó, denunciando la violencia del pasado y acusando a gobiernos anteriores de verdaderas rupturas democráticas.
El conflicto se originó con la decisión del presidente Petro de intentar revivir su consulta popular, inicialmente centrada en la reforma laboral y posteriormente ampliada para incluir la reforma a la salud, ambas iniciativas con fuerte oposición en el Congreso. Esta decisión provocó la inmediata reacción del alcalde Gutiérrez, un reconocido opositor al gobierno Petro. La respuesta del mandatario, a través de su cuenta en X, escaló la controversia, elevando el tono del debate político.
Gutiérrez, en sus redes sociales, calificó la iniciativa de Petro como un acto antidemocrático y una amenaza a la institucionalidad, declarando que Medellín no aceptaría tal “golpe de Estado”. Petro respondió directamente, recordando el pasado violento de Colombia, específicamente la represión en la Comuna 13 de Medellín, y señalando: “Dictadura es matar 6.402 jóvenes inocentes con balas del Estado. Eso es un verdadero golpe de Estado”. Esta confrontación evidencia la polarización política en Colombia.
El gobierno Petro argumenta que la consulta popular es necesaria para impulsar reformas sociales clave, mientras que la oposición la ve como una maniobra para evadir el proceso legislativo. La decisión presidencial de recurrir a un decreto podría generar un nuevo enfrentamiento institucional, con posibles consecuencias legales y políticas de gran alcance. El debate sobre la legitimidad del mecanismo y el fondo de las reformas propuestas seguirá alimentando el tenso clima político en el país.
La confrontación entre Petro y Gutiérrez refleja la profunda división política que atraviesa Colombia. Las acusaciones mutuas de golpe de Estado y las referencias al pasado violento exacerban las tensiones y muestran la dificultad de encontrar consensos en temas cruciales para el futuro del país. Las consecuencias de esta disputa podrían impactar la gobernabilidad y la estabilidad política en el corto y mediano plazo.
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