Por: Juan Manuel Esquivel Gutierrez

Luka Modrić, el legendario centrocampista, no renovará su contrato con el Real Madrid, cerrando un capítulo glorioso de trece temporadas.

En 2012, Luka Modrić llegó al Real Madrid desde el Tottenham, enfrentando escepticismo inicial que rápidamente disipó con su excepcional talento. Su contribución al equipo ha sido monumental, no solo en términos de habilidades en el campo, sino también en liderazgo y compromiso. Modrić, que cumplirá 40 años en septiembre, ha decidido no renovar su contrato, marcando el fin de una era significativa para el club.

Modrić no es solo un jugador para el Real Madrid; es una figura que redefinió el mediocampo y se convirtió en un símbolo de la excelencia deportiva. Su palmarés incluye 28 títulos, destacando 5 Champions League y 4 Ligas, lo que lo convierte en el futbolista más laureado del club. Además, su actuación en el Mundial de Rusia 2018 y el Balón de Oro obtenido ese mismo año subrayan su calibre mundial.

El impacto de Modrić trasciende los trofeos; su estilo de juego, caracterizado por una visión excepcional y un control del ritmo del partido, ha sido crucial en los momentos más gloriosos del club. Su liderazgo silencioso y su habilidad para realizar jugadas claves han sido fundamentales en la conquista de numerosos títulos y el respeto de colegas y rivales por igual.

La salida de Modrić no solo representa el cierre de un capítulo brillante en la historia del Real Madrid, sino también plantea desafíos significativos para el futuro. El club deberá buscar cómo llenar el vacío dejado por una figura tan emblemática, cuya influencia en el campo y en el vestuario ha sido insustituible. La era post-Modrić será un testamento al legado que deja y a la capacidad del club de adaptarse y evolucionar.

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