Por: Miguel Angel Trujillo

Oposición colombiana impulsa referendo con costo similar a la consulta de Petro, tras rechazarla por su elevado precio. Polémica desatada por la aparente hipocresía política.

El 5 de junio de 2025, la escena política colombiana se vio sacudida por una fuerte contradicción. Senadores que se opusieron vehementemente a la consulta popular del presidente Gustavo Petro, argumentando su alto costo, ahora promueven un referendo con un precio prácticamente idéntico: entre 700 y 750 mil millones de pesos. Esta situación ha generado un debate público sobre la coherencia de las acciones políticas de la oposición.


La iniciativa, que busca modificar la Constitución para permitir a los departamentos recaudar impuestos como renta y patrimonio, ha recolectado más de dos millones de firmas válidas. Senadores como María Fernanda Cabal y Carlos Fernando Motoa, figuras relevantes del Centro Democrático, fueron de los primeros en rechazar la consulta de Petro por considerarla un despilfarro de recursos públicos. Sin embargo, una semana después, cambiaron de postura y apoyaron el referendo propuesto por el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón.


Cabal y Motoa, al votar contra la consulta de Petro, argumentaron públicamente sobre la necesidad de un manejo más responsable de los recursos públicos. No se han pronunciado públicamente sobre la supuesta contradicción entre sus acciones y sus declaraciones anteriores, dejando un vacío en la discusión sobre las motivaciones detrás del cambio de postura. El referendo del gobernador Rendón, con sus implicaciones fiscales, está avanzando rápidamente en el Congreso, a pesar de la oposición de varios sectores.


Este giro en la postura de la oposición genera suspicacias sobre sus verdaderas intenciones. Si bien se defiende la iniciativa como un ejercicio de "participación ciudadana", la cercanía de las elecciones de 2026 y el alto impacto fiscal del referendo llevan a muchos analistas a creer que hay una estrategia política detrás del cambio de postura. La contradicción entre los argumentos usados contra la consulta de Petro y el apoyo irrestricto al referendo de Rendón cuestiona la transparencia y la consistencia del discurso político en Colombia. El debate sobre el costo fiscal y la verdadera motivación tras esta iniciativa continúan, opacando el objetivo mismo del referendo.