Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

El consultor empresarial Hernán Roberto Franco Charry fue asesinado en Bogotá, un crimen que revela una profunda disputa en la familia Romero Liévano.

El miércoles 21 de febrero de 2024, Hernán Roberto Franco Charry fue abordado por un sicario en un parqueadero cerca del Parque de la 93 en Bogotá. El ataque, perpetrado con un arma equipada con silenciador, resultó fatal para Franco, quien fue trasladado a la Clínica del Country pero sucumbió a sus heridas. La víctima, un reconocido consultor y auditor empresarial, estaba posiblemente involucrado en investigaciones de irregularidades financieras y disputas familiares por la herencia de los Supermercados Líder.

Los protagonistas de esta trama son miembros de la familia Romero Liévano, propietarios de Supermercados Líder. Tras la muerte del fundador de la empresa, se desató una lucha por el control entre sus descendientes, especialmente marcada por acusaciones entre Jonathan Romero, quien tomó las riendas del negocio, y otros familiares que denuncian amenazas y posibles fraudes en proyectos inmobiliarios vinculados a la empresa.

El asesinato se produjo en un contexto de alta tensión dentro de la familia Romero Liévano. Se investiga si Franco había descubierto malversaciones en la gestión de los bienes familiares o irregularidades en la venta de más de 220 apartamentos en terrenos aún disputados legalmente. Estos hechos sugieren que el crimen podría estar directamente relacionado con su labor de auditoría y las pugnas internas de la familia.

Este caso no solo ha conmocionado a la comunidad empresarial de Bogotá sino que también ha puesto de relieve la oscura intersección de negocios familiares y violencia. La muerte de Franco Charry podría ser un indicativo de hasta dónde pueden llegar las disputas por el poder y la riqueza en una de las familias más influyentes de Colombia, mostrando que los conflictos sucesorales y empresariales pueden trascender lo legal y desembocar en actos de extrema gravedad.