Por: Admin

Recientemente el Concejo Municipal de Neiva, condecoró al  Contralor Departamental del Huila, Andrés Felipe Vanegas, en un acto que lejos de enaltecer al condecorado, lo que hace es degradar todavía más  la dignidad que debía tener como servidor público, tanto en su vida pública como privada que debe ser ejemplo para la comunidad, desacreditando por contera la imagen y la dignidad de quienes lo condecoraron, a sabiendas de los hechos indignos y reprochables del condecorado que son de dominio público, de la salvaje agresión a su compañera sentimental que lo tienen procesado  penal y disciplinariamente.

Decía  Francisco de Quevedo “ Si alguien tiene mérito para que condecorarlo”, porque precisamente destacaba el poeta, que  este por sí solo resplandece y es reconocido por la comunidad a quien bien le sirve, que es la que tiene que condecorarlo con el agradecimiento como servidor público, pues  si alguien tiene verdadero mérito no necesita de conderaciones,  y menos si provienen de la mal llamada clase política, que no son más que politiqueros sin dignidad que utilizan una corporación, llámese Congreso, Asamblea o Concejo, para condecorar,  producto no del análisis del auténtico mérito que pueda tener un servidor público, sino de la reciprocidad de favores que campea en la politiquería que ya sabemos tienen oscuro  precio, y por eso envilecen la dignidad que debía tener una corporación pública.

Porque también sabemos que lo que se acostumbra con estas envilecedoras condecoraciones, es tratar de lavar la imagen de sus  beneficiarios que acuden  a lagartearla ofreciendo favores, y por eso no pocas veces tenemos que padecer condecoraciones ignominiosas como la de marras, so capa de la presunción de inocencia, cuando ha sido un hecho notorio el abyecto comportamiento  del condecorado aceptado por él mismo al acogerse al principio de oportunidad  por la violenta agresión de género  que lo hace indigno de su cargo público y  al cual debió haber renunciado.

Ha quedado el Concejo de Neiva muy mal frente a la ciudadanía con esta condecoración, demostrando que tampoco tiene pudor ni vergüenza, degradando todavía más su ya deteriorada imagen al no ejercer verdadero control político como le corresponde, como lo ha denunciado la  concejal Lourdes Mateus, donde sus integrantes acuden a las mismas  marrullerías de siempre  para no cumplir con las funciones para la cual fueron elegidos, como ocurre secularmente en el Congreso  para no debatir las reformas sociales que benefician al pueblo.