Fecha de publicación: 2024-04-28 09:09:43
Muchas sorpresas arroja en este 2024 la fase que registra el país a partir de acciones puntuales de la JEP y de la Comisión de la Verdad, amén de otras formas organizativas como la de búsqueda de personas dadas por desaparecidas, e instancias paralelas de la sociedad civil que cobran fuerza por razones obvias como la visibilidad de su trabajo valiente y esforzado.
2024-04-28 09:09:43
El anonimato de los afectados directos por la crisis humanitaria no va más, al parecer. La verdad se desgrana como una mazorca luego de la tragedia civil de connotaciones mundiales que caracterizó a Colombia, sin muestra alguna de arrepentimiento. El fantasma de la eliminación física de los deudos identificados, que salen a la luz pública por cientos de miles, dejó de asustar a muchos de ellos, quienes ahora confían en la institucionalidad de apoyo como nunca antes lo hicieron frente a unos gobiernos neofascistas, criminales y mafiosos, en serie.
La conciencia asumida por las familias de las víctimas –incluidas sus comunidades de origen geográfico- de esos crímenes cometidos por diversos agentes estatales y paraestatales, en especial su capacidad de perdonar al genocida, llaman poderosamente la atención. Impacta su aparición en medios públicos durante diferentes horarios –con repetición garantizada-, lo mismo que en las redes sociales, sin censura ni prevención de los inversionistas privados, muchos de ellos beneficiarios del modelo y del sistema dominantes.
EL TRIUNFO DE LA VERDAD
Los colombianos pacíficos deben exigir la revelación total, íntegra, de la verdad post-conflicto –tal como se acordó en La Habana- sobre la responsabilidad de muchos empresarios en la fatídica guerra sucia, guerra de baja intensidad, desatada durante décadas en el país para supuestamente enfrentar a la subversión, pero que podría tener fines ocultos asociados al modelo económico y a la acumulación desproporcionada de capital, lo mismo que al poder político –como se usa desde siglos anteriores, en la más completa impunidad-. Baste con saber que en la JEP sólo se surtiría una sanción social contra los ideólogos criminales de la prolongada guerra, entre ellos muchos propietarios rurales y ganaderos, sin perjuicio de comerciantes y empresarios urbanos involucrados, al mismo tiempo.
Estos sectores ultra-clasistas tienen que aportar a la justicia de paz desde la única verdad, que ‘nos hará libres’, aunque al parecer pretenden continuar en la sombra, en el anonimato sospechoso, amparados en sus inmensas riquezas, untadas de sangre y despojo. Aquellos que asistimos como testigos obligados a la aparición de los primeros escuadrones de la muerte en la segunda mitad del XX, sabemos del matrimonio perverso entre ‘distinguidos sectores de la sociedad’ y la operación limpieza, ‘la mano negra’. Y como nos acostumbramos a esas prácticas del poder político, hoy tenemos que publicarlas y así descontinuarlas.
