Fecha de publicación: 2024-04-21 09:07:06
Más allá de la violencia que nos carcome y nos sumerge en lenguajes arbitrarios de hondo contenido materialista, de sometimiento a los débiles -en sus múltiples expresiones-, acaba la tecnología de descubrir el lenguaje inteligente de las plantas.
2024-04-21 09:07:06
Su catalogación como vegetal deja así de ser exclusivamente sensitiva, como se creía. Rebasando el contexto animal, en la jerarquía de la creación divina, de la inteligencia suprema, también se pronostica que el reino mineral, con piedras y todo, queda en turno de la apertura comunicativa para imprimir un puntillazo final del ecosistema, en transición hacia lo más sutil, un grado más arriba de la elevación dimensional, igual que sucederá con el resto del universo –pasa a ser ‘multiverso’-.
Podría ser una especie de coletazo de la masa herida, agonizante, en que habitamos, y que implora auxilio antes de la mayor tribulación jamás conocida por los asociados.
Es una noticia de la última semana en las redes, y huele a fresco como el jardín, el paraíso y hasta el edén bíblicos. Y no es cualquier hallazgo el realizado por las aplicaciones del artificio humano mediante el avance sorprendente de la cibernética. Se cumple así el pronóstico sobre el afloramiento intempestivo de la verdad verdadera, oculta por intereses no confesables durante la historia hominal. Ahora es posible saber en qué están pensando nuestros ‘hermanos’ verdes, esos individuos y entidades de la creación con los que compartimos un espacio sobre la costra y la subcostra terrícolas, en condiciones de igualdad sagrada. Ese reino compite en el orbe en desventaja con quien se cree dueño de todo lo que ve en el horizonte, hasta donde llega su agudeza visual, en medio de la codicia y de la avaricia capitalistas.
Era difícil creer que uno pudiera hablar con el reino vegetal, y manifestarlo en público, so pena de ser tratado como un loco, de tantos que van por allí, en esta época final. Se trata en principio de una forma de diálogo telepático en el que siempre hemos creído como humildes compañeros de viaje de los seres distintos del hombre en el planeta, a los que respetamos como nuestros iguales.
Es una manera universal de articular un lenguaje no fónico ni provisto de signos convencionales y que se puede captar plenamente, a entera satisfacción. En nuestra experiencia sui géneris, en apariencia, hemos compartido ideas y movimientos no racionales, a manera de diálogo, con palmas arecas, pomarrosos, plantas ornamentales, entre otras.
Al hombre como rey absoluto se le está desmoronando el trono (aunque aquí en Colombia quedan todavía unos cuantos reyezuelos…).
