Fecha de publicación: 2024-09-30 10:18:07
Antes de intentar un perfil actual del presidente Gustavo Petro, nos permitimos señalar dos hechos que sacudieron a la opinión pública en los últimos días: 1- La incineración del Ártico, del páramo polar, pasto de las llamas en medio del hielo, entre las ‘nieves eternas’ y los glaciares milenarios (algo extraño en apariencia por su suelo despojado de un follaje, de una cobertura vegetal que arda), junto con la calcinación de Groenlandia, representa una tragedia que retumba en el Cosmos. La bóveda celeste y la galaxia gimen de dolor, un dolor infinito.
2024-09-30 10:18:07
En definitiva, a ese ritmo tan endiablado de la extinción, el derrumbamiento de los pilares de la vida es un asunto que nos acorta la supuesta capacidad de supervivencia para lo que resta de este cuarto de siglo, prevista por los expertos en sus pronósticos más generosos.
2- A la espeluznante cifra de unos 40 asesinatos diarios en Colombia se llegó en lo corrido del 2024, más de mil homicidios mensuales –la mayor parte por intolerancia, seguida de ajuste de cuentas, drogadicción, feminicidio, participación en negocios turbios de alta rentabilidad como la corrupción pública y privada, soberbia y engreimiento, entre otras conductas relacionadas con la comisión de hechos punibles.
PETRO VIENE DE PIEDRA
El presidente Petro manifiesta en su esencia primordial la capacidad para hablar sin tapujos, sin aprehensiones ni temores, para llamar a las cosas por su nombre en un país signado por lo inverosímil, lo inédito, cuando se trata de establecer estadísticas alrededor de actos crueles y de maldad en contra del prójimo y de los seres humildes de la sociedad –aunque sus carencias y aplazamientos como pueblo provengan de un régimen injusto, movido por pensamientos reaccionarios, torpes en relación con el resto del orbe civilizado-.
Ni siquiera el propio capitalismo tiene aquí en nuestro suelo patrio un abordaje para la acumulación de bienes en términos de equilibrio y justicia, de fraternidad y solidaridad, de convivencia armoniosa con la propiedad privada que surte un derecho inalienable.
El sistema que impera en la nación no acepta que nuevos actores sociales y económicos puedan participar de la producción, en forma paralela a la establecida por la fuerza del dominio a través de los siglos republicanos. El origen de Gustavo Petro le permite saber muchas más cosas de las que uno pueda imaginar sobre la naturaleza de las castas y de las dirigencias atávicas, feudales, que controlan a la colectividad.
Sería necesario al menos medio siglo para conocer la verdad de lo acontecido en el territorio y llevarlo por lo menos hasta la sanción social. El dinero esquilmado por los rufianes de cuello blanco daría para una economía mundial de posguerra, de reconstrucción de la sociedad planetaria, si se quiere. La formación académica de alto vuelo cognoscitivo propia del presidente actual, además de su sensibilidad frente a la luchas de la organización popular, son garantía del cambio.
Al hombre colombiano se le condujo con artimañas efectistas, hábiles en lo político, hacia la sumisión, la resignación, el clasismo, el exclusivismo, incluso a la complicidad y a la negación de sí mismo como persona digna.