domingo, 13 julio 2025
Por: Kevin Web
En silencio, pero con precisión, sobreseguro y sin piedad. Todo esta orientado a la destrucción de dos pilares esenciales de la nación. La salud publica y la seguridad nacional.
La revista Semana revelo el contenido de un informe de la Contraloría General de La Nación que debería preocuparnos a todos: Las EPS intervenidas por el gobierno están hoy en peores condiciones que antes.
El remedio resulto peor que la enfermedad. De la reforma del gobierno hemos presenciado un desmantelamiento sistemático del sistema de salud, quedando millones de colombianos sin atención médica, sin medicamentos y sin protección.
La misma Contraloría ha emitido una alerta gravísima: Mas de medio billón de pesos, destinados al funcionamiento de nuestras Fuerzas Armadas permanecen congelados por decisión del gobierno nacional. ¿Cuál es el propósito de paralizar la operatividad de nuestras Fuerzas Armadas, encargadas de garantizar el orden, la soberanía y la seguridad de los colombianos? La respuesta es obvia: Debilitarlas hasta el colapso.
Gustavo Petro como guerrillero del grupo armado ilegal M-19 cometió cualquier cantidad de disparates y ataques contra la fuerza pública, en esa condición, quiso minar la institucionalidad armada, nunca lo logro, y ahora quiere desmantelar presupuestalmente a las tropas desde el poder con estrangulamiento presupuestal y decretos. Deliberadamente se ha propuesto a cercenar las capacidades de nuestro ejército, someterlas a la humillación, mediante actos orquestados desde el poder, para entregar el control territorial a los grupos criminales, disfrazados de gestores de paz.
Para cumplir esta horrenda agenda, Petro ha puesto al frente del ministerio a un funcionario sin carácter ni autoridad: Un general anodino, comodín, incompetente e incapaz de defender la dignidad del “otrora mejor ejército del mundo”, que se ha convertido, por omisión, en cómplice del debilitamiento institucional más preocupante, en las últimas décadas. Mientras soldados y policías, con sus uñas, sin apoyo táctico ni logístico arriesgan sus vidas en el Cauca, en el Catatumbo, en el Huila, Cesar, Sur de Bolívar, Santander, Nariño y Choco, el ministro se pasea por tarimas con los verdugos de su tropa, al lado de un presidente que los traiciona sin pudor.
¿Podemos callarnos ante las graves amenazas que se ciernen sobre la democracia y la libertad de los colombianos? No se trata de saber si Petro se quiere quedar, o no, se trata de la supervivencia del Estado. Los delirios de Petro han colocado en grave peligro la salud y la seguridad nacional. De los 30, ¿o más candidatos a la presidencia, quien le pone el cascabel a Petro?, ¿En dónde está el valor? Julio Bahamon.
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