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Opinión

domingo, 8 junio 2025

Parapeto. - ¿Ministro de justicia o inquisidor de Estado?

Por: Admin

Quienes olvidan la historia están condenados a repetirla. Hoy esa frase resuena con fuerza en Colombia cuando se conoció, con estupefacción y profundo desagrado, de millones de compatriotas, el nombramiento del exfiscal Eduardo Montealegre como ministro de justicia por el presidente Gustavo Petro.
Estamos viendo de como el poder, cuando se desmarca de principios éticos y se entrega a la venganza, puede convertirse en un terrible aparato de persecución política. En la Europa del siglo XV, existió un monje católico llamado Fray Tomas de Torquemada, que utilizó el aparato judicial de la Iglesia para eliminar a quienes, en su criterio, eran enemigos de la fe católica. Su accionar no buscaba la verdad ni impartir justicia, sino de castigar al pensamiento disidente, de reducir al silencio a quienes no se sometieran a la ¿legitimidad? impuesta por el poder.
Eduardo Montealegre no es un actor neutral del escenario judicial colombiano. Su animadversión personal hacia el expresidente Álvaro Uribe ha sido publica, persistente y profundamente agresiva. No solo lo ha calumniado y lo ha acusado con saña, sino que se ha declarado “víctima” en el proceso judicial que enfrenta el líder de nuestro partido Centro Democrático.
Todo lo que presuntamentre va a representar indica que debería resguardar el principio de imparcialidad, ya que Montealegre es uno de los acusadores y ahora aparece premiado con un ministerio desde donde puede, al menos simbólicamente, continuar con el estropicio.
Los colombianos no podemos aceptar, sin resistencia, esta situación inquisitorial. No podemos aceptar que la justicia se utilice como un instrumento de odio ideológico, ya que todos, entonces, estaríamos en inminente riesgo. Hoy el cancerbero de Gustavo Petro la emprenderá contra el ilustre expresidente, mañana será cualquier colombiano que ose pensar distinto al régimen.
Álvaro Uribe, como cualquier ciudadano, tiene derecho a defenderse ante la justicia. ¿Como creer en la justicia si el presidente Petro nombra como ministro de justicia a quien se comporta como fiscal privado y verdugo militante?
Como colombiano declaro mi indignidad y expreso mi inconformidad, y denuncio al mundo este atentado contra la institucionalidad. Hoy bajo el disfraz del progresismo, se está instaurando una nueva inquisición: Religiosa no, pero si Ideológica: no con hogueras, pero si con linchamientos mediáticos; no con crucifijos, pero si con el uso torcido de la ley.
La historia nos enseñó lo que ocurrió cuando se deja al inquisidor caminar impune por los pasillos del poder. No repitamos el error. Julio Bahamon.

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