domingo, 11 mayo 2025
Por: Admin
En el descuadernamiento del pais por culpa de Gustavo Petro, no podrán pasar de “agache”.
El principal de ellos, el partido liberal agrupación ambigua y sinuosa en sus relaciones con el gobierno ha sido directo responsable del deterioro, y lo ha secundado el partido de la U, no solamente de hechos políticos sino también del deterioro institucional, moral, económico y social que atraviesa Colombia bajo el gobierno de Petro. Las promesas de cambio se han distorsionado entre improvisaciones, conflictos internos, escándalo de corrupción y el manejo errático del Estado. Pero ese desastre no es exclusivo del Ejecutivo. Debe quedar claro que gran parte de la responsabilidad recae sobre los partidos y congresistas que han apoyado, sostenido y lucrado del poder durante estos años.
Muchos de esos sectores políticos, que otrora se presentaba como colaboracionistas, o que manifestaron desde el inicio apoyos moderados, han terminado en cómplices entusiastas del desgobierno. A cambio de cuotas burocráticas, contratos, y beneficios personales como por ejemplo, lo que sucede con los partidos, el liberal que dirige Cesar Gaviria, y el de la U de Dilian Francisco Toro, hoy gobernadora del Departamento del Valle del Cauca, respectivamente, que todavía están a la espera del nombramiento de uno de sus dirigentes como ministro de comercio exterior, en reemplazo del Dr Reyes quien renuncio por diferencias graves con el presidente Gustavo Petro, sin importarles la situación que vive el pais bajo las amenazas del mismo presidente Petro, hechas a uno de sus senadores al Dr Pinto , a quien el primer mandatario lo ultrajó públicamente en su discurso en la Plaza de Bolívar el pasado 1 de mayo. Esos partidos han entregado su respaldo político, incluso en momentos en que la evidencia del desgaste es inocultable. Han avalado reformas fallidas, defendido funcionarios incompetentes y muchas veces guardado silencio ante los abusos de poder.
La responsabilidad de sus directivos no es menor. No solamente han actuados como facilitadores del caos, sino como beneficiarios del mismo. Demostrando una complicidad política, social e histórica. Mientras esos partidos se repartían las posiciones y el poder, el pueblo cada día se veía más decepcionado, el pais sufría las consecuencias de la inseguridad creciente, la economía paralizada, el deterioro de los servicios de salud, del sistema pensional, etc.
La historia no juzgará únicamente a Gustavo Petro, también lo hará a quienes, desde el Congreso y los partidos políticos alcahuetes, ayudaron a sostener ese proyecto a sabiendas de su incapacidad y el daño que ha hecho. Esa realidad histórica no podrán diluirla, y hará parte de una herencia funesta para Colombia. Julio Bahamon.
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