domingo, 18 mayo 2025
Por: Admin
Antes de meterme en ese cuento quiero traer a la memoria lo que sucedió en los años 90 durante el gobierno de Ernesto Samper, y la posición que asumió entonces el Dr. Álvaro Gómez Hurtado frente al régimen del “jefe del Poder Popular”. *
Álvaro Gómez figura central del pensamiento conservador se alzó con fuerza moral e intelectual contra el gobierno de Ernesto Samper. Gómez Hurtado no pedía tumbar a Samper, sino al régimen: ese entramado corrupto, ilegitimo y cínico que había secuestrado las instituciones y envilecido la democracia. *
Hoy treinta años después, Colombia enfrenta otro régimen mucho más corrupto, más ideologizado, hábil para disfrazarse de “cambio”. El régimen que encarna Gustavo Petro, tildado por muchos sectores como el más corrupto de los últimos tiempos, que no solo ha caído en las practicas que el Dr. Álvaro Gómez denunció, sino perfeccionado su encubrimiento bajo narrativa de la justicia social y la lucha contra la “oligarquía”. Bajo el gobierno de Gustavo Petro hemos presenciado un desfile de escándalos que inclusive avergonzarían al régimen del Proceso 8.000: Su propio hijo confesando haber recibido dinero del narcotráfico para financiar la campaña. Contratos amañados es el caso del Fomag; la entrega de recursos públicos a cambio de apoyos políticos al Congreso; la compra de lealtades a través del hambre burocrático. Contrasto turbios en el ministerio de la igualdad, la mas grande red de corrupción en la UNGRD que involucro a los presidentes del congreso de la república y a varios ministros del gobierno., el ministro de salud extorsionando a las EPS y poniendo en vilo la vida de millones de compatriotas *
Lo que nos indica que Petro no está luchando contra el régimen. Él es el nuevo régimen.
Si algo nos dejó como enseñanza el Dr Álvaro Gómez es que, el poder no es un derecho, es una obligación moral. Su idea de “tumbar el régimen” no era una incitación a la violencia, sino un llamado a la reconstrucción moral del Estado, a la defensa del ciudadano frente al saqueo legalizado, el despertar de la conciencia nacional frente a la podredumbre.
Por eso Colombia no puede resignarse, ni puede aceptar que todo se justifique por la bandera del “cambio” mientras se roban la Nación. *
Tumbar este régimen significa recuperar el valor de la decencia, de la verdad, del servicio publico honesto. Significa no rendirse ante el miedo. La historia nos juzgara no por lo que nos hicieron, sino por lo que hicimos para detenerlo. Esto, no es el gobierno del cambio. Es el nuevo régimen. Y como dijo Gómez: al régimen hay que tumbarlo. *
Porque Colombia no se rinde. Y o vamos a permitir que nos sigan robando el presente y el futuro. Julio Bahamon.
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