domingo, 25 mayo 2025
Por: Ricardo Perdomo Pinzón
Eso dijo Fabio Valencia Cossio, cuando fue elegido presidente del congreso de la república en 1.998, en la presidencia del señor Andrés Pastrana Arango, en plena vigencia del clientelismo, narcotráfico, turismo, auxilios parlamentarios y demás vagabunderías que tenían postrado a la clase política y parlamentaria frente al país. La categórica frase hizo creer a muchos colombianos de aquella época, que con Pastrana y valencia Cossio, como presidentes de la república y el congreso, la ignominia que vivía el país en aquel entonces, había llegado a su fin. Pero que vaaaa; esa clase política que simboliza los estropicios que nos hicieron perder la esperanza, siguió en las mismas y lo que ha quedado en décadas de abusos y engaños, es la misma frase, pero al revés: ¡No cambiamos ni podrán cambiarnos!, creyendo estúpidamente, que saldrán indemnes ante el pueblo enardecido, que está dispuesto a revocarlos; pues es precisamente ese congreso mayoritariamente podrido, el responsable de la entronización de la violencia, el desfalco al erario y la corrupción política y administrativa, que nos obligó a un aterrizaje forzoso, hasta llegar al punto en que hoy nos encontramos.
El hundimiento de la reforma laboral, le entregó al presidente Petro, un arma de escrutinio y participación ciudadana, que puede ser letal para el establecimiento político, que se niega a tramitar las reformas sociales del gobierno. La consulta popular, los cabildos abiertos, el referendo, la constituyente y la amenaza de huelga, son la espada de Damocles que los gremios y congresistas anti cambio, tienen en sus pescuezos. Petro los está azotando con vara de totumo suazaaaaa, como dicen los costeños; al punto de que ahora, los congresistas, la Andi, Acopi y demás sectores encartados con el asunto, le están diciendo al país que ahora sí, van a tramitar y apoyar rápidamente la reforma laboral. Están corriendo, como corre un marrano, cuando le echan agua caliente en el espinazo. La letra con sangre entra, decían nuestros mayores.
Petro busco acuerdos con la oposición, nombró ministros del establecimiento, los invito a un acuerdo nacional para sacar adelante sus reformas sociales; pero todo fue infructuoso y el resultado final, fue el archivo de las mismas polarizando al país, a través de los periodistas del establecimiento, que a diario se quieren tragar a Petro, con toda clase de improperios, creyendo que de esa manera le iban a ganar el pulso a Petro. El pulso entre el congreso desprestigiado que se niega al cambio y el pueblo que protesta en la calle; lo gana el pueblo. La disputa entre mandantes y mandatarios, se vuelve un bocado de cardenal, muy delicioso para que el pueblo deguste; y si no se le mete Alka - Seltzer, puede terminar en una indigestión social, de consecuencias insospechadas.
La Andi, también anda mansitica y ahora manifiesta su disposición de apoyar la reforma. La cosa esta para alquilar tarima; en una esquina de la calle, veremos a los que representan a la Andi, y en la otra esquina, veremos a los trabajadores y pueblo enardecido, que a punta de marchas, paros o huelgas, dominaran la contienda, con riesgos que se pueden salir de madre, por más llamados a la cordura que haga el gobierno.
Con Petro, el pueblo dejo de ser espectador silente y se volvió un protagonista de reparto activo, como así lo reza la constitución. La torpeza negacioncista de los congresistas de la oposición que con soberbia y cinismo hundieron la reforma; alborotó el avispero que nos va a picar a muchos, culpables o inocentes. La reforma laboral va porque va, por cualquiera de las dos vías; congreso o pueblo en consulta popular, como antecedente para la integración del nuevo congreso, que es la mira de Petro; pues es una necesidad apremiante ganar las mayorías, que permitan tramitar las reformas inaplazables que requiere el país.
El pueblo manda, como dijo el viejo Emiliano Zuleta Baquero, cuando se enfrentó a Alejo Duran en la disputa por la primera corona del rey vallenato, al ver que la gente en espontaneo delirio, antes de que Alejo terminara el son Alicia Adorada, levanto en hombros al negro grande, en impresionante veredicto popular; y ante el propósito del jurado, de querer eliminar a Duran por no haber terminado la canción, el viejo mile, les dijo con auténtica sabiduría y pragmatismo: “Miren señores, déjense de pendejadas que el pueblo ya eligió y yo no voy a hacer el ridículo”.
El fracaso de la consulta popular en el cuerpo a cuerpo que se libró en el congreso, es culpa de la bancada de gobierno que no estuvo alerta y disciplinada, en este asunto trascendental, y dieron la oportunidad para que un marrullero como Cepeda, habilidosamente cerrara la votación y hundiera la reforma; comportamientos reiterados que la han ganado el remoquete de enemigo del pueblo, y a quien muy seguramente, veremos ahogado en las próximas elecciones.
La pelea la está ganando Petro, agitando a un pueblo fervoroso, que lo sigue con amor y está dispuesto a inmolarse por él, así como los vallenatos lo harían por Diomedes Díaz, o los argentinos lo harían por Maradona; auténticos fenómenos sociológicos, que conducen la histeria colectiva de sus seguidores, que se erizan cuando los ven, después de horas y horas de espera, como si fueran estrellas o artistas de fama internacional. Todos los congresistas de oposición unidos, no derrotan a Petro en la calle y como no cumplieron su misión de representar al pueblo que los eligió, merecen ser revocados como todas las altas cortes, órganos electorales y de control, para barajar de nuevo y encontrar la ruta de la concordia; pues todo, esta patas arriba. Los expresidentes Gaviria, Pastrana, Uribe, Santos o Duque, tampoco tienen como, ni con quien enfrentar al huracán Petro; y mucho menos, pedirle que habiendo ganado las elecciones con propuesta propia, gobierne con programa ajeno. Petro con el pueblo fervoroso en las calles, tiene arrumada a la oposición. Los invito a leer la columna “La hora del referendo”, de mi colega y vecino de cambuche de opinión, Aníbal Charry González.
Debemos aprovechar esta oportunidad de crispación política, para buscar con transparencia y lealtad, un gran acuerdo nacional, al que a pesar de todo, el presidente Petro, a dicho estar dispuesto a considerar.
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