domingo, 10 agosto 2025
Por: Ulpiano Manrique Plata
BUENOS DÍAS, AMIGOS Y AMIGAS DEL SURCOLOMBIANO
La carretera Neiva Balsillas El Pato San Vicente del Caguán, parte de la Ruta Nacional 30, no es un simple tramo rural: es la conexión natural entre el sur Oriente con el sur occidente del país (Huila, Caquetá, Meta) y los Llanos Orientales con el Valle del Cauca y el puerto de Buenaventura y Tumaco. Un corredor capaz de mover la despensa agroalimentaria de esta región —ganado, leche, café, frutas y hortalizas— hacia las principales plazas y puertos de exportación.
En los años 60, el abogado Gentil Quintero Luna, junto a los primeros colonos del Pato liderados por don Ángel María Rivera —y luego por su hijo, José Alidio Rivera y el exconcejal de Neiva Argemiro Munar Silva sembraron un sueño: convertir estas fértiles tierras de la frontera Huila–Caquetá en un motor agroindustrial para la seguridad alimentaria del país. Con sudor y esperanza, otros líderes agrarios se sumaron a esta causa. Pero hoy, ese sueño tropieza con el barro y el abandono por parte del estado: la vía sigue inconclusa y el tramo Balsillas–San Vicente es un lodazal en temporada de lluvias, con derrumbes y pérdida de banca que paralizan el transporte de alimentos, elevan los precios y aíslan a la región. En noviembre de 2024, un deslizamiento en Las Mollas volvió a cerrar el corredor vial, como si el gobierno nacional y las autoridades departamentales hubieran decidido que aquí, en esta tierra prometedora, solo tienen la compañía de Dios… y de las organizaciones sociales que aún persisten.
Inversiones que no alcanzan
En septiembre de 2023, el INVÍAS anunció una inversión de $442.952 millones para pavimentar 10 km entre Neiva y Balsillas y 57 km entre San Vicente y Puerto Rico, además de mantenimiento de 344 km
También, en esa época, la gobernación del Huila informó una inversión cercana a $30.000 millones para pavimentación dentro del corredor, además de otros recursos para vías como Neiva–Platanillal–San Antonio–Vegalarga
En febrero de 2024, el Gobierno destinó $8.421 millones para estudios y diseños de la carretera Neiva–Balsillas–Mina Blanca–San Vicente, parte de una estrategia para conectar esta región con el puerto de Buenaventura
Y en febrero de 2023, se aprobó un proyecto en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) que fueron creados por el acuerdo de paz de La Habana y son un instrumento especial de planificación y gestión a 15 años, que tienen como objetivo estabilizar y transformar los territorios más afectados por la violencia, la pobreza, las economías ilícitas y la debilidad institucional, y así lograr el desarrollo rural que requieren estos municipios. Por valor $59.372 millones para mejorar el tramo crítico Balsillas–San Vicente, con más de 12.300 beneficiarios que transitan esta vía.
Las intensas lluvias de los últimos días del mes de julio del año 2025 mantienen la alerta naranja en el Caquetá y han provocado el colapso de puntos críticos de este corredor vial, como el Centro Poblado de Guayabal, dejando incomunicados a los municipios de Neiva y San Vicente del Caguán.
El impacto ya era visible desde 2022: 50 derrumbes en 15 km del tramo Platanillal–Balsillas–San Vicente, con pérdidas de hasta 30.000 litros de leche por la imposibilidad de transportar productos
Si esta carretera se concluye y se mantiene en buen estado, Colombia tendría un eje interregional que uniría la Orinoquia con el Pacífico, potenciando el desarrollo agroindustrial, el comercio interno y las exportaciones. No hacerlo es seguir condenando al sur del país al atraso y la dependencia
Es hora de tomar decisiones reales
Pese a inversiones multimillonarias, la carretera sigue siendo intransitable. Lo que se necesita ahora no es más estudios, sino ejecución urgente y sostenida: estabilización de taludes, pavimentación efectiva, infraestructura de drenaje y un plan de mantenimiento permanente. El Estado debe actuar con rapidez, integridad y visión de largo plazo.
Convertir este corredor vial en una realidad es una oportunidad histórica para integrar al país, llevando su despensa agrícola hasta los mercados y puertos estratégicos. Ha llegado la hora de honrar esa visión y evitar que el progreso rural siga atascado en el barro del olvido. La pregunta es directa: ¿Asumirán los gobernadores del Huila, Caquetá y el Gobierno Nacional el compromiso de apadrinar y culminar esta obra, definiendo de una vez por todas su futuro? Incluso podría pensarse en soluciones innovadoras, como impulsar un canal multimodal que conecte el Atlántico con el Pacífico, retomando proyectos estratégicos como la “Ruta de la Seda” propuesta por China. Lo cierto es que no podemos resignarnos a que este sueño colectivo siga siendo solo una aspiración frustrada. Gracias buen día.
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