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Opinión

lunes, 8 septiembre 2025

Liborio Mejia (1792–1816)

Por: Enrique Ramírez

Capturado en La Plata, Huila, fue el presidente más joven y mártir de la Independencia. Su extrema juventud y su valentía en los días más oscuros de la Reconquista merecen ser recordadas como ejemplo para las futuras generaciones. Su breve mandato y trágico destino lo convierten en una figura emblemática de la lucha por la libertad. Su juventud fue una ventaja en una época que demandaba energía, vigor e ideas nuevas para construir una república.

Nacido el 28 de julio de 1792 en Rionegro, Antioquia, Liborio Mejía fue un joven intelectual, militar y político que se destacó por su compromiso con la causa independentista. Estudió en el Colegio Mayor de San Bartolomé en Bogotá.
También tradujo textos militares del francés, buscando profesionalizar el ejército patriota.

Mejía no solo fue un joven presidente y militar comprometido con la independencia, sino también un intelectual apasionado por la educación y la formación técnica. Como profesor de filosofía en el Colegio Provincial de Medellín (hoy Universidad de Antioquia), su labor docente se enfocó en formar jóvenes patriotas con ideales republicanos y pensamiento crítico. Fue discípulo y colaborador del sabio Francisco José de Caldas. Su legado muestra que la independencia no solo se libró en los campos de batalla, sino también en las aulas y bibliotecas.

Fue el presidente más joven en haber ejercido la primera magistratura en la historia de Colombia. Su mandato, aunque breve, fue significativo y se desarrolló durante la crítica fase de la Patria Boba y la Reconquista. En este periodo (1810-1816), el poder ejecutivo no siempre estuvo en manos de un solo presidente, sino que a veces fue ejercido por un triunvirato o junta de gobierno.

El 14 de marzo de 1816, el Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, que huía del avance del ejército realista al mando de Pablo Morillo, se encontraba en Popayán. En esa sesión, se eligió un triunvirato compuesto por Custodio García Rovira, José Fernández Madrid y Liborio Mejía, un mandato marcado por la crisis militar y la desunión interna.

En junio de 1816, con apenas 24 años, asumió la presidencia de las Provincias Unidas de la Nueva Granada tras la renuncia de José Fernández Madrid y la imposibilidad de Custodio García Rovira de tomar posesión. Organizó un ejército de 600 hombres para enfrentar a las tropas realistas de Juan Sámano, pero fue derrotado en la Batalla de la Cuchilla del Tambo el 29 de junio.

Tras la derrota, Mejía huyó hacia La Plata, en el departamento del Huila, donde se reunió con García Rovira y le entregó el mando, retomando su rol como vicepresidente. Sin embargo, poco después fueron capturados por las fuerzas realistas y enviados a Santafé de Bogotá. Rovira fue ejecutado el 8 de agosto y Mejía el 3 de septiembre de 1816 por orden de Pablo Morillo, como parte de la brutal represión conocida como la Reconquista Española.

La captura y ejecución de estos líderes patriotas, presidente y vicepresidente, fue un golpe significativo para la causa independentista. Su sacrificio y compromiso con el país los convierte en figuras fundamentales de la historia de Colombia. Ambos son recordados por su valentía y dedicación; su legado ha sido reconocido y honrado en el país, y su sacrificio es considerado un ejemplo de la lucha por la libertad.

Su paso por La Plata no solo marca un momento de transición política, sino también el inicio de su trágico final.

Plateños: nuestro suelo no es solo geografía; es sagrado. Fue aquí donde la lucha por nuestra independencia se selló con la sangre del presidente más joven que ha tenido Colombia. Este hecho no es solo un recuerdo histórico; es una responsabilidad. Hoy , que el mundo se entere que en este rincón no se olvidan a los héroes.

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