domingo, 3 agosto 2025
Por: Ulpiano Manrique Plata
La historia de la sede de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) para la Territorial Huila, Caquetá y Putumayo en Neiva se ha convertido en una vergonzosa muestra de negligencia institucional. Han transcurrido más de 14 años desde que se firmó el primer convenio para su construcción, y hoy, tras múltiples contratos, suspensiones, prórrogas, conciliaciones y hasta fallos judiciales, la obra permanece inconclusa. Lo que debió ser un espacio digno para formar a los futuros administradores públicos del país, se ha transformado en un monumento a la desidia.
El pasado viernes 1 de agosto de 2025 se llevó a cabo la segunda mesa de seguimiento al proyecto, con la participación de representantes de las veedurías ciudadanas, la Personería Municipal de Neiva, la Dirección Nacional de la ESAP, Enterritorio, la firma interventora y el contratista PROSPAC. En esta reunión se evaluaron los compromisos pactados en el diálogo social realizado en Neiva el 19 de junio de 2025, los cuales contemplaban que Enterritorio debía entregar, a más tardar el 31 de julio, la cuantificación clara y detallada del cierre presupuestal del proyecto, comunicándola por escrito tanto a la ESAP como a la mesa de seguimiento.
Sin embargo, a la fecha, dichos compromisos siguen sin cumplirse, especialmente los numerales 2, 3, 4 y 5 del acta firmada, lo que refleja una grave falta de voluntad institucional. Enterritorio, lejos de asumir con responsabilidad su papel como ejecutor, ha repetido la misma conducta en varias obras del país, en detrimento de los recursos públicos. Y la ESAP, como entidad contratante, ha sido permisiva, sin ejercer el debido control sobre su contratista.
Nos preocupa profundamente que no se le esté hablando con la verdad a las veedurías ni a la comunidad educativa sin haber reconocido previamente el faltante real para culminar la obra, producto del abandono de más de una década. Esta parálisis no solo encarece el proyecto por la actualización de precios de mercado y la necesidad de adicionar nuevos ítems, sino que también genera hallazgos fiscales, disciplinarios, administrativos y penales que deberán ser asumidos por Enterritorio y la ESAP. Es claro que estamos ante un caso evidente de detrimento patrimonial que debe investigarse.
El proyecto, además, cuenta con un aporte significativo por parte del departamento del Huila, que donó el lote para su ejecución. Por ello, es clave resaltar el compromiso del doctor Sergio Trujillo, presidente de la Asamblea del Huila, junto a los diputados del Caquetá y Putumayo, quienes han manifestado su voluntad de ejercer control político y exigir que la obra se culmine satisfactoriamente. La ESAP, como institución formadora de los futuros gestores públicos, no puede seguir dando ejemplo de improvisación, ausencia de planeación, ni de desconocimiento de principios fundamentales como la eficiencia, la eficacia, la efectividad y la transparencia.
Basta de excusas: es hora de cumplir: Frente a esta cadena de errores, omisiones y negligencias, el llamado es claro: que el Gobierno Nacional, como responsable directo de esta obra, llame a cuentas al director nacional de la ESAP, Jorge Iván Bula Escobar, y exija resultados inmediatos teniendo en cuenta el fracaso del segundo diálogo social, donde ni siquiera se entregó el cierre financiero pactado, no puede quedar impune.
La ciudadanía, los estudiantes, los egresados y los docentes no pueden seguir siendo víctimas del abandono institucional. Cada peso invertido sin resultados es un golpe a la confianza ciudadana y a la dignidad del servicio público.
14 años son demasiado suficientes. ¡La sede de la ESAP en Neiva debe culminarse ya!
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