Por: Admin - Fecha de publicación: 2025-04-27 08:29:39
2025-04-27 08:29:39
Independientemente de los cuestionamientos a la forma de gobernar del presidente Petro, algunos válidos que yo mismo he mencionado en esta columna y en mis intervenciones radiales, no obstante que voté por quien hoy nos gobierna convencido de que iba a liderar cambios radicales para transformar este país, como la reforma integral al sistema político electoral pútrido que tenemos, hontanar de la corrupción que nos devora y a la justicia, sin lo cual no podremos enderezar el torcido rumbo que llevamos desde hace mucho rato; la carta que el ex ministro de Relaciones Exteriores Álvaro Leyva le dirige al primer mandatario, que ya es de dominio público, sencillamente es una infamia cargada de veneno, al relacionarla con una drogadicción que supuestamente padece el presidente que le impide gobernar, y que dice pudo confirmar durante su visita oficial a Francia.
No deja de ser asaz canalla la afirmación que hace Leyva, atosigada de resentimiento por haber sido desvinculado como ministro, en tanto podía haber hecho todos los cuestionamientos a la obra de gobierno de Petro, pero sin acudir a la ruindad para complicarle todavía más su situación como gobernante, ya de por sí complicada por la oposición de jauría, no menos infame para tratar de socavarla como sea con el fin de aparecer como salvadores con miras a las próximas elecciones, sin reparar que el desastre de país que tenemos sumidos en la desigualdad, la miseria, la corrupción y la violencia ha sido por cuenta de sus torvas ejecutorias en gobiernos anteriores, que lamentablemente el presidente Petro no pudo contribuir a desarraigar, con políticas equivocadas y quiméricas como la paz total en la cual fue embarcado por el mismo Leyva, y a su alianza con personajes de la politiquería inmersos en escándalos de corrupción como Benedetti, y en su mismo Gobierno imposibles de ocultar, como el escándalo criminal de compra de legisladores.
Empero, sobrada razón le asiste al presidente Petro al calificar la villana actitud de Leyva que ha tenido no pocos cuestionamientos como gestor de paz y fuera suspendido y destituido por la Procuraduría por haber anulado la licitación en el caso de la firma Thomas Greg & Sons, al invadir su vida privada para atacarlo con bellaquería, afirmando que “la víbora nunca deja de morder en toda su existencia”, refiriéndose a la dilatada y controvertida vida pública del traidor Leyva.
