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La Andanada de Caracol contra el Gobierno
Confieso que desde que tengo uso de razón, he sido oyente fiel de Caracol radio, en una práctica cotidiana que se volvió costumbre.
También debo confesar que esa fidelidad con Caracol, se ha vuelto una especie de tortura que afecta nuestra salud mental, al evidenciar que esta cadena radial, está ejerciendo el más cuestionable activismo político, dirigido a perseguir a diario, al gobierno del presidente Petro y sumarse a ese exclusivo y pequeñísimo grupo de poderosos, que quieren horadar el gobierno, porque sus intereses económicos y canonjías derivadas de la cooptacion y manejo del estado puesto a su servicio, están en peligro o pueden llegar a su fin.
El señor Gustavo Gómez, imitando al señor Dario Arismendi, viene ejerciendo el derecho inviolable y democrático de la libertad de prensa, de una manera arbitraria e implacablemente sesgada, en el manejo de la información, investigaciones, editoriales y opiniones, que difunde con una demoledora carga de Anti Petrismo, como parte del engranaje y la estrategia de los poderosos que se resisten al cambio y pretenden a costa de lo que sea, destruir el gobierno que democráticamente elegimos los colombianos que apoyamos su propuesta política.
Gustavo Gómez y su equipo periodístico, son la cabeza de playa de unos intereses poderosos, que se están aprovechando de ese privilegio del manejo y difusión de la información concedido por el estado, dedicando su espacio radial de todos los días, de todas las semanas y todos los meses, para ejercer la más implacable persecución al gobierno del presidente Petro, con opiniones y argumentos cargados de mala leche, mimetízados en pequeñas frases o tips, que muy a su estilo satírico burlesco, lanza al aire todos los días, con la complacencia de sus corifeos subordinados, para golpear al presidente Petro y su gobierno.
No sé cuál sea el origen de este complot informativo de Caracol radio contra Petro, que pareciera estar superando a RCN, en el propósito de destruir el proyecto político que enhorabuena elegimos democráticamente los Colombianos, contra todas las fuerzas de choque que se oponían al cambio y que estuvieron dispuestas hasta a elegir al inefable Rodolfo Hernández, como Presidente de la República, en la apuesta más oscura y reprochable de manipulación y desinformación, presentando a un loco, como el hombre que se necesitaba para dirigir los destinos de Colombia y evitar el salto al vacío que representaba Gustavo Petro. Válgame Dios!
Nos corresponde a todos los Colombianos que elegimos a Petro, y a todos aquellos que no votaron por él, pero que hoy ven con buenos ojos su obra de gobierno, cerrar filas para impedir ese propósito torticero de los grupos de presión económica y de ultra derecha, que quieren debilitar a Petro, para después darle su golpe de gracia y tumbarlo del poder, que les permita seguir en las mismas que veníamos, y en virtud del cual llegamos a los máximos niveles de degradación de la política, la corrupción en el manejo de la cosa pública, la exclusión y desigualdad, que desencadenó el gran estallido social, que nunca jamás olvidará nuestra historia patria.
Bienvenida la oposición, como mecanismo de vigilancia, control y regulación política del gobierno; pues es la herramienta y dinámica natural que la democracia nos concede a los ciudadanos, frente al ejercicio del poder, dirigida a evitar desmanes y desvíos del gobierno de turno; sin perder de vista que el presidente de la República y los colombianos que lo elegimos, estamos en el legítimo derecho de poner en marcha y defender el programa de gobierno; y materializar el cambio que se nos prometió, y en virtud del cual lo elegimos.
Muchos cuestionan a Petro, por haberse aliado en el congreso de la republica con fuerzas políticas que combatió en su vida parlamentaria y en la campaña presidencial que lo llevó a la presidencia de la republica, olvidando que estamos en una democracia de tridivision de poderes, que como mandatario está obligado a respetar; y que es de la mano del congreso de la republica y su coalición de gobierno, el camino legal y democrático, para aprobar las grandes reformas del gobierno, que permitan la implementación del programa de gobierno que elegimos democráticamente los colombianos.
Quienes están empeñados en debilitar a Petro para impedir las transformaciones que lidera su gobierno, están subestimando las condiciones de liderazgo del presidente y su conectividad con el pueblo colombiano; pues antes de tumbar a Petro, el país estará incendiado y lo habremos perdido todo, por no respetar el veredicto popular que lo llevó a la presidencia de la republica. No olviden que los recalcitrantes que quieren tumbar a Petro, son una ínfima minoría que está en vía de extinción y próxima a concluir su ciclo de vida. Ahora el destino político del país está en manos de la juventud y una generación intermedia, que no quiere, no desea, ni permitirá que volvamos a las mismas de antes.
Unámonos para que haya paz, justicia social, progreso y seguridad para todos, antes de embarcarnos en la locura de pretender tumbar a Petro de la presidencia de la Republica, cuyas consecuencias aún no podemos calcular.