domingo, 15 junio 2025
Por: Ricardo Perdomo Pinzón
Eduardo Montealegre, es el nuevo ministro de justicia. Rayos y centellas, se vinieron encima de este docente, exmagistrado de la Corte Constitucional y ex Fiscal General de la Nación; por algunos antecedentes que comprometen su transparencia, la dignidad de los cargos desempeñados y su trayectoria profesional; pero la tirria, alergia y siete luchas que produjo su nombramiento, más que por su pasado gris, es por el hecho de ser el gran inspirador y asesor legal de todo el andamiaje constitucional, jurisprudencial y doctrinal de del decreto de convocatoria a la consulta popular y las salidas jurídicas que ha expuesto, ante cada obstáculo y decisión adversa, que las altas cortes en cumplimiento de sus funciones, adopten frente a las decisiones del gobierno Petro; que éste ha anunciado respetar plenamente, como es apenas natural.
Confieso que Montealegre no es santo de mi devoción, por todo lo que de él se ha dicho en los últimos 20 años; pero de ahí a graduarlo como culebrero, hereje y destructor de nuestro andamiaje constitucional, legal e institucional, como lo han venido haciendo los periodistas enemigos del gobierno, tan pronto se conoció su nombramiento; es una herejía de marca mayor, si se tiene en cuenta que Montealegre, es un bota fuegos que destila conocimientos profundos del derecho, de una manera exquisita y seductora, que hasta el más básico de los ciudadanos detecta cuando lo escucha hablar en derecho.
Montealegre ha sido el personaje predilecto y en la mira de todos los medios de comunicación en esta semana que termina, para que sustente y explique la validez del decreto de convocatoria a la consulta popular, expedido por el presidente Petro con la firma de todos los ministros. Escucharlo en sus disertaciones y exposiciones, es una muy buena oportunidad formativa para abogados y ciudadanía en general, que sin mayor esfuerzo advertimos que nos encontramos frente a un hombre superior en el dominio del derecho, la jurisprudencia y la doctrina, indistintamente que se compartan o no, sus posiciones y teorías.
En entrevista concedida por el ministro Montealegre a los periodistas de Blu Radio, les dio una cátedra de derecho normativo, doctrina y jurisprudencia, que los dejaba boquiabiertos y sin la menor oportunidad de controvertir. Era una pelea o discusión de asuntos constitucionales, entre garrapatas y un garrapatero; pues sus interlocutores, abandonaron su condición de periodistas para convertirse en activistas políticos de oposición y tratadistas del derecho sin sonrojarse un momento, con tal de desacreditar al gobierno e impedir que el pueblo se pronuncie frente a su propio destino, cualquiera que sea el resultado; llegando al extremo de convertir a los congresistas torticeros de la oposición, en adalides de la democracia y defensores de la institucionalidad; contra toda la evidencia de los pecados y culpas que cargan sobre la nuca y sus espaldas.
La gavilla de partidos y dirigentes de oposición, no ha podido ser mayor en esta delirante disputa política con Petro; que infortunadamente ha dejado en evidencia, que las vías del consenso y los acuerdos están agotados con este gobierno y que es necesario medir fuerzas y apoyos de manera directa, ante el respetable pueblo; batalla que promete estar para alquilar balcón y que bien puede terminar en una Asamblea Constituyente, que nos permita afianzar los principios, derechos y deberes de la constitución del 91, corregir los yerros y vacíos que con las experiencias vividas y la adaptación a tiempos de hoy, se tengan que realizar; sin perder de vista, las inaplazables y grandes reformas reclamadas por el grueso de la sociedad colombiana, al sistema político, la administración de justicia, los órganos de control, las altas cortes, el modelo y competencias en la regulación tarifaria de los servicios públicos domiciliarios y su consagración como derecho fundamental, que este por encima de ese negocio estrangulador en que los amos y señores de ese negocio los han convertido, aniquilando los presupuestos de las familias colombianas y un obstáculo para la pequeña y mediana empresa.
Creo firmemente que llego la hora de las grandes definiciones, a partir de la activación de los mecanismos de participación ciudadana; que ante la evidente incuria de la clase política y la politización de la justicia, tendrá que superarse a través de una Asamblea Constituyente, como bien parece abrirse paso; si el establecimiento económico, político y judicial, no comprende que la exigencia de las reformas sociales, la reforma política, la reforma a la justicia, los órganos de control y el régimen tarifario de los servicios públicos, son perentorias e inaplazables.
El Congreso de la Republica y los partidos políticos de oposición, en su cuestionable desidia y deliberado propósito de hacer fracasar las reformas cruciales adelantadas por el gobierno, terminaron convirtiéndolos en los grandes responsables de la crisis política, junto a los medios de comunicación del establecimiento, que trastocaron su misión histórica de informar verazmente y sin los sesgos que hoy los tiene postrados ante la mismísima opinión pública, entregándole al presidente Petro, las poderosas razones y herramientas, para acudir ante el pueblo a refrendar sus reformas fallidas en el congreso de la república.
Algunos desadaptados han venido proponiendo la unidad de todos los expresidentes de la república y candidatos del Centro democrático para enfrentar al “dictador” Petro, según ellos; invitación que no deja de producir risa extrema; pues enfrentar a esos pobres expresidentes de la república, con este peleador experto y resuelto a lo que le toque, es como amarrar un perro con longaniza. De todos, no se hace un caldo de cuchas!
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