Ser reiterativo es cansón. Aburridor. Pero es que lo que pasa en Colombia en la política tradicional y con los políticos en cargos públicos o aspirando a tenerlos, es que nada de lo que ocurre o se hace es casual, todo es siempre premeditado, siempre ocultando la intención real de las cosas o de las decisiones pensadas o pretendidas, expresando lo que no es o no se pretende para posar de lo que no son o no quieren.
El ejemplo actual es la decisión de los alcaldes de las cinco principales ciudades del país, de irse a Estados Unidos dizque a interceder ante el gobierno estadounidense para que certifiquen al país. Será cierto semejante empeño? Es posible imaginarse y creerle a personajes como Fico o Galán pidiéndole audiencia a Trump para implorarle por tal propósito, cuando todos sabemos que, al contrario, lo que en realidad han querido y quieren es desprestigiar al gobierno actual respecto a su política antidrogas que ha mostrado resultados en detenciones de narcos pero sobre todo de incautaciones de drogas que han afectado a muchos de esos políticos asociados con el mundo narco o el lavado de activos. Pero sobre todo, lo pretendido es desarmar al gobierno de los recursos que han permitido tales logros, y para ello, al contrario de lo que dicen pretender con su visita, la descertificación permitiría la reducción o cesación de los recursos de apoyo para la lucha antidrogas, que es un compromiso condicionado de la lucha antidrogas que impuso Estados Unidos.
Lo otro que se ocultaría de la visita prevista es su propósito último, asociado con quien seguramente concibió la idea y la promovió entre algunos de los alcaldes. Ese propósito último tiene que ver con Venezuela y está relacionada con el hecho de que Petro ha asumido y está promoviendo la defensa de la integridad y soberanía de los pueblos del Caribe, incluyendo a Venezuela, como presidente de la Celac. Y quien seguramente concibió la idea y los quiere allá para orientarlos sobre sus pretenciones guerreristas y las tareas que tendrían que adelantar acá, abierta o soterradamente, es el Secretario de Estado, un gringo que siente el complejo de no ser gringo de verdad, anglosajón, por tener la desgracia de proceder de ancestros cubanos. Qué tareas les pondrá, es la pregunta a hacernos y eso qué implicaciones tendrá para Venezuela pero también para Colombia y sus relaciones. Todo porque en un contexto en que Trump está enfermito y con tantos frentes de conflicto abiertos, abrir uno más en América, que es seguramente lo pretendido por Marco Rubio, implica bastante presión de este tipo, con alcaldes de ciudades importantes, para convencer a Trump.