El presidente Petro ha vuelto a agitar la convocatoria de una Asamblea Constituyente que planteó desde la misma campaña electoral, pero sin verdadera voluntad política para que se pudiera concretar por los cauces constitucionales -sabedor de la urgente necesidad de realizarla con intervención del constituyente primario-, convirtiéndola en un manido asunto sin dientes para morder -que ha sido utilizado sinuosamente por la oposición para agitar la reelección de Petro-, y que debe hacerse  a 4 puntos fundamentales que son: al sistema político electoral nauseabundo que hace posible la elección de gobernantes y congresistas para asaltar el presupuesto público; a la Justicia contaminada como lo acabamos de ver con la elección del espurio magistrado Camargo en la Corte Constitucional; a los organismos de control para rapárselos a la politiquería;  y para reformar el artículo 376 de la Constitución entregándole directamente el poder de reforma al pueblo secuestrado por el Congreso, como lo he reiterado es este espacio de opinión.

Y es que ahora Petro ha vuelto a revolcar el tema -que debió concretar desde los inicios de su gobierno si quería que hubiese el verdadero cambio que prometió-, pero  con la elección del nuevo congreso en el 2026, haciendo un llamado para que voten por los candidatos que se comprometan con este propósito, lo cual no es más que un discurso para la galería con fines electorales, pues sabe que no será posible cuando las próximas elecciones las vamos a realizar con el mismo sistema político electoral envenenado, que hace posible que los elegidos no adquieran este compromiso con el pueblo sino con sus oscuros financiadores, eligiendo además bandidos como ocurrió con los expresidentes del Senado y Cámara hoy presos por corruptos.

Si el presidente Petro hubiese tenido auténtica voluntad política para convocar una Constituyente y hacer dichas reformas que el Congreso nunca hará, debió radicar un proyecto de ley con los puntos mencionados en los términos que establece el artículo 376 de la Constitución, para no seguir especulando con el tema con fines electorales, que solo sirve a la politiquería de la oposición para aceitar sus campañas marrulleramente oponiéndose a su convocatoria con el tema de la reelección, y seguir con la ponzoña estéril de la  polarización sin cambio alguno de fondo para enderezar el torcido rumbo que llevamos, que es hontanar para elegir gobernantes y congresistas que solo le sirven a la politiquería, la violencia y la corrupción.