domingo, 17 agosto 2025
Por: Alfonso Vélez Jaramillo
Es lamentable sí, que la disputa territorial entre Colombia y Perú, por la Isla Santa Rosa, tenga enemigos fortuitos y gratuitos de campaña política, que en lugar de aportarle al país atacan en medio de la vergonzosa polarización.
Da la impresión de que a algunos les importa un bledo el daño ocasionado a la patria y convierten en un enfrentamiento personal contra el presidente y su gobierno, un asunto tan delicado que compromete la soberanía y la unidad nacional, en vez de proponer soluciones.
En lugar de fraccionar por sus intereses políticos, como colombianos tenemos el deber patriótico de salvaguardar el territorio y nuestra identidad nacional.
Recuerden que el siguiente paso de los peruanos va a ser su posterior pretensión peruana por Leticia, como sucedió con Nicaragua, por San Andrés.
Precisamente, la guerra de Colombia con el Perú ocurrió por una disputa territorial de más de cien años, desde cuando se creó ese país en 1.821.
Ese conflicto que hasta hace poco tenía sobrevivientes y algunos contaban sus historias, concluyó con el Protocolo de la Amistad y Cooperación o de Río de Janeiro de 1934, que estableció la frontera entre ambos países, incluyendo el Trapecio Amazónico.
La disputa de Santa Rosa, se centra, según los peruanos y su código civil, en un límite móvil, que puede cambiar con el tiempo por la formación de islas en ríos, lagos o estanques, como la accesión, que incorpora de forma natural y gradual tierra arrastrada por el río o una fuerza natural.
En Colombia, es la figura jurídica de un modo de adquirir la propiedad, dependiendo de si la isla se forma en cauce público o privado.
El congreso peruano, de manera unilateral, creó el distrito de Santa Rosa de Loreto, su ejército fortaleció su presencia militar y el gobierno reafirmó la soberanía de ese país en la Isla.
Un distrito en Perú, es una entidad territorial cuyo requisito principal para su creación es tener únicamente 1.600 habitantes.
Es decir, el congreso creó el municipio de Santa Rosa de Loreto, con alcalde elegido popularmente cada 4 años.
En síntesis, el alcalde cumple la función peruana de gobierno local en la isla Santa Rosa, que tiene una población estimada de 3.000 habitantes.
Por cuya razón, el Presidente Gustavo Petro, lo desconoció y dijo “es un gobierno de facto”.
Agregó en Leticia “…hay fracturas nacionales que hablan de matarnos entre nosotros cuando tenemos que defender la nación”.
Afirmó que no reconoce la soberanía del Perú, sobre la Isla de Santa Rosa, y este punto aumentó la tensión entre los dos países.
La Isla Santa Rosa, es territorio con límite sobre el Rio Amazonas. Un lugar geográfico tradicional por sus particularidades físicas, sociales, culturales, económicas y el comercio que moldean la vida diaria y la identidad de los habitantes amazónicos de Colombia, Brasil y Perú.
El presidente Petro no dijo que “la isla es colombiana”, porque según él, “eso no dice el tratado”, y prendió las alarmas cuando subrayó que existen riesgos serios de que la ciudad de Leticia muy pronto no tenga acceso al río Amazonas.
Este tipo de conflictos internos o internacionales surgen por el abandono de los gobiernos en determinados sitios, en donde casi siempre el Estado, no hace presencia para atender a sus gobernados y eso ha sucedido históricamente en Colombia, desde hace 200 años.
Por cuya razón, es improbable la solución de necesidades básicas insatisfechas de agua potable, alcantarillado, saneamiento, inclusive educación y la gente busca nuevas alternativas.
Aquí si vale la pena plantear la creación de una zona trinacional de paz y de integración comercial, especialmente de justicia, entre Colombia, Brasil y Perú, como la que se pretende con Venezuela.
El intercambio de bienes es constante en el Trapecio Amazónico, especialmente de mercancías, comida, medicinas y, circulan las tres monedas legales: el peso Colombiano, el real, brasileño y el sol Peruano.
© Dime Media S.A.S. Todos los derechos reservados || Sharrys Tech