Gustavo Petro acaba de ordenar a la Agencia Nacional de Tierras intervenir en el Páramo de Sumapaz, para ampliar su tarea de desarrollo agropecuario del país, y consolidar la paz en sus efectos constitucionales, con origen en los acuerdos del 2016. El líder colombiano de la Colombia Humana va en serio frente a su programa de gobierno, con la complacencia del Pacto Histórico y de muchos sectores populares. Su tarea recuerda los inicios del desarrollo estadounidense mediante la organización histórica de la producción de la tierra disponible hasta llegar a convertirse en una potencia global. Los gringos no necesitaron nada más para despegar, y hasta fueron asesorados por la antigua Unión Soviética, por un experto ruso importado, sin los preconceptos de la guerra fría en materia económica. Estaba en juego el producto interno bruto y allí no cabía ningún prejuicio sobre los posibles cambios del sistema en América. En un momento de tal tamaño, el capitalismo funcional no daba para mayores miramientos, en virtud de la acumulación y de la reproducción de la riqueza.
DE ALTO VUELO SOCIAL
Sumapaz estatuye en el Estado que preside Petro, una reforma agraria estrambótica por su tamaño, que impacta a algo más de 333 mil hectáreas e involucra a 25 municipios de Huila, Meta y Cundinamarca, y donde habitan 12.800 personas nativas, en propiedad y densidad poblacionales. Sobre la cordillera Oriental, el páramo contiene lagunas de origen glacial y alcanza a pertenecer a la categoría de los más grandes y biodiversos del planeta. El 50 por ciento de su ecosistema está dentro de Bogotá entre sus áreas semi-rurales y la almendra de la cima. Se puede decir que su cumbre es majestuosa. Cabe señalar que el río Cabrera del norte del Huila se descuelga desde lo alto para bañar a Villavieja y a otras zonas; tiene así una cuenca legendaria que honra al departamento que nos ocupa para este texto en lo particular. Desde la alcaldía de Bogotá, Gustavo Petro acopió información sobre el Sumapaz, a través del biólogo caqueteño Herminso Pulecio, para establecer diferencias ambientales relacionadas con los cerros orientales de Bogotá como fuentes de oxígeno y preservación de la vida. Era un análisis comparativo que dio prevalencia inmediata a los cerros anotados luego de la misión de Pulecio que anduvo más de 40 mil kilómetros durante sus pesquisas. Para la Agencia Nacional de Tierras es el momento de impulsar la propiedad popular y el consecuente desarrollo económico del país, a instancias del Páramo de Sumapaz, con la fase territorial centro-sur.