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Opinión

domingo, 31 agosto 2025

El Estadio no es un lujo, mueve la pasión huilense Bienvenida la remodelación del estadio

Por: Alfonso Vélez Jaramillo

Cuando el Estado construye un escenario deportivo “significa el cumplimiento a la comunidad del derecho al deporte y la recreación”, dice en su sentencia T-383/94, la Corte Constitucional.
La jurisprudencia constitucional desentraña el sentido de la norma, unifica criterios y sienta un precedente que da seguridad jurídica y orienta a los jueces y a los demás operadores judiciales, para casos similares.
Traigo a colación el tema, porque es coherente el fundamento para opinar de entrada que el alcalde de Neiva German Casagua Bonilla y el gobernador del Huila Rodrigo Villalba Mosquera, van por el camino correcto y responsable de mejorar las condiciones de nuestro estadio Guillermo Plazas Alcid, cumpliendo la ley.

Inclusive, los concejales que autorizaron al alcalde para gestionar los recursos entendieron que es una necesidad inaplazable y de interés general para los neivanos y huilenses.
Un proyecto con amigos, enemigos e intereses personales y económicos, con la desventaja de una campaña política encima en la que llueven ataques contra el gobierno, el medio más barato para conseguir votos.
Algunos hacen suposiciones sobre el futuro y el peligro de inyectar más recursos en la nueva obra, ésta no debe estar sujeta a pretensiones hipotéticas.
El ordenamiento jurídico instituye el deporte y la recreación como parte fundamental de la educación y sus actividades significan un gasto público social y, en consecuencia, debe ser financiado por el Estado.
La Nación gobierna los escenarios deportivos a través del Ministerio del Deporte y las entidades territoriales son responsables de promover, desarrollar, fomentar y gestionar instalaciones deportivas, conforme a las políticas públicas señaladas en el Sistema Nacional del Deporte.

En campaña política tratan a nuestro estadio con desdén, como “el destartalado”, pero ninguno ha tenido el interés de proponer formulas, ni siquiera de señalar al gobierno que dejó sin estadio a Neiva.
Al entonces alcalde Rodrigo Lara SANCHEZ, a quien, por omisión de control administrativo, se le cayeron las losas de las graderías que fundían en el estadio, en agosto de 2016, y lo abandonó a su suerte, por ser una obra de su antecesor.
Ahora que se ha puesto manos a la obra, debemos apoyar su recuperación, sin ambages.
Por estos días se ventila la construcción de un estadio particular. Bienvenida la inversión privada, pueden hacer los estadios donde quieran y como quieran, cada cual manda en su propiedad, pero no es detrimento de la responsabilidad social del Estado.
Neiva debe ser dueña de sus propios escenarios deportivos, que éstos sean públicos sin estar sometidos al dominio de su propietario.
Un escenario deportivo es esencial para la formación integral de las personas y contribuye a su salud y su bienestar. El deporte y la recreación es un componente del gasto público social, por cuya razón, el Estado asigna recursos para construir escenarios.
En síntesis, los escenarios deportivos en Colombia son espacios públicos destinados al uso y disfrute de las actividades deportivas, lúdicas y de esparcimiento.
Repito, deben ser construidos por el Estado con carácter netamente público, siempre abierto a la comunidad, como las vías, parques, plazas y, en este caso el estadio de Neiva Guillermo Plazas Alcid.
Es notorio y público que nuestro estadio Guillermo Plazas Alcid se ve feo, destartalado, desordenado, descompuesto, estropeado, necesita inversión y trabajo para dejarlo funcional, bonito y prestándole servicio a la comunidad, como bien público.

Independiente de interés en política partidista, se debe apoyar a los mandatarios German Casagua y Rodrigo Villalba, inclusive a los concejales, por su inalterable voluntad de invertir en la recuperación del estadio Guillermo Plazas Alcid.
Si lo entregan a un particular, no solo violan la ley, ni siquiera el POT lo establece, además serán recordados como los mandatarios que dejaron sin estadio público a Neiva, como le ocurrió a quien ejercía la alcaldía en agosto de 2016, cuando sucedió el accidente.
Recuperando el estadio, se estimula la remodelación de la ciudadela deportiva del barrio La Libertad, en donde existe la potencial posibilidad de adquirir unos predios del sector destinados para construir parqueaderos de forma horizontal optimizando el espacio en múltiples niveles, inclusive mediante en concesión.
No puede abandonarse la villa deportiva en conjunto con su estadio ni manejarse como negocio particular.
La remodelación del estadio no debe hacerse pensando exclusivamente en el Atlético Huila, que es privado, pero mueve la pasión del huilense.

Se requiere para devolverle la dignidad al futbol huilense. Más de 20 clubes deportivos de Neiva que participan en ligas departamental y nacional, y ninguno cuenta con escenarios aptos.
A estos jóvenes les toca jugar en la destruida cancha de Cándido, o en las de arena de Granjas y El Jardín, en condiciones ofensivas para el fútbol aficionado, una vergüenza para quienes nos visitan de otros municipios o departamentos.
La liga de fútbol del Huila tampoco cuenta con escenarios decentes para sus categorías sub 13, sub 15, sub 17, sub 19, y sub 21, obligando a nuestros deportistas a rotar como parias en las canchas que estén menos deterioradas en la ciudad, para poder representar al Huila con decoro.
Se equivocan quienes sin fundamentos señalan que el estadio es un lujo innecesario. Es el máximo escenario para más de 5.000 niños, adolescentes y jóvenes que hoy practican el fútbol de competencia en los diferentes clubes deportivos, y en nuestra selección Huila, pero que lamentablemente hoy carecen de escenarios aptos para la alta competencia.
El escenario permite la práctica sistemática de ligas, clubes y escuelas de formación deportiva en diferentes disciplinas como fútbol, atletismo y recreación comunitaria, y facilita la realización de torneos intermunicipales y departamentales, lo cual dinamiza el turismo deportivo y la economía local.
Bienvenida la inversión privada, necesitamos más escenarios para la práctica del deporte, pero no en detrimento de la obligación que hoy tiene el municipio de apoyar en forma decidida el fútbol aficionado, que mueve a más de 10.000 niños, adolescentes y jóvenes en todas sus categorías, y cumple la noble función de prevenir socialmente el delito.

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