domingo, 1 junio 2025
Por: Admin
Con el hundimiento el pasado 28 de mayo por falta de cuórum en el Congreso del proyecto para reducir el salario de sus integrantes, el cual ha fracasado 26 veces desde el 2016, quedó confirmado que lo que tenemos es un congreso marrullero y tramposo. Marrullero, porque de acuerdo a la definición que trae el diccionario libre Wikcionario, es “el que busca su propio beneficio a través del disimulo, el engaño, la trampa o la persuasión”. Mejor descripción imposible para el congreso artero que hay, producto de un sistema político electoral podrido que hace posible que elijamos lacras que solo representan sus oscuros intereses generando podredumbre y corrupción, y no los del pueblo.
Por eso el exsenador Gustavo Bolívar, -que cuando ejerció como tal, fue el único que donó todo su salario a obras sociales- expresó con acierto: “Una aberración en un país donde queremos acortar brechas de desigualdad. Ellos no lo han permitido, esos que votan para que los trabajadores no tengan unas horas extras, un dominical. Esos que trabajan solamente ocho meses al año y dos o tres días a la semana por $52 millones”. Y agrego, como lo he dicho reiteradamente, para apoyar la aberración que describe Bolívar, esos que cobran de ñapa, coimas para legislar.
Pero Bolívar hace una propuesta ingenua para llevar a cabo en las elecciones del 2026, cual es que los aspirantes al congreso firmen un acta en la que se comprometan a impulsar o votar un proyecto de ley que limite el salario de los congresistas a 20 salarios mínimos legales, pues sabedores de lo tramposos y marrulleros que son, estarían dispuestos con tal de hacerse elegir, a donar todo su salario o irse para el mismo infierno si no cumplen, para después hacerle trampa al pueblo como lo han hecho siempre.
Aquí no queda otra alternativa que la intervención del pueblo mediante un referendo, como lo dije en mi columna anterior para rebajarles el sueldo, junto con la reducción de sus integrantes a 150, que sería la oportunidad ahora que se insiste en consultas populares que no implican ninguna reforma y que bien puede convocar el presidente Petro para poner a prueba no solo su voluntad real de hacer reformas de fondo, sino la del mismo Congreso que no podrá negar su convocatoria para no seguir haciéndole trampa con marrullerías al pueblo soberano.
© Dime Media S.A.S. Todos los derechos reservados || Sharrys Tech