Fecha de publicación: 2024-03-18 14:46:35
Su misión será promover los derechos y deberes de los sectores sociales LGTBI con orientación sexual e identidad de género diversa
2024-03-18 14:46:35
Finalmente pudo hacer una de las cosas que más le gusta: bailar y eso lo informo ampliamente Noticias Caracol. Al final de la nota dijo mostrando su amputación: Amo mi muñón, amo mi piernita así como está ahorita ,. Y claro, le ofrecieron ser presentadora del programa del Desafío, para que nos transmitas esa seguridad y esa sabiduría ,. Y según Caracol muchos colombianos admiraron lo fuerte que es la presentadora Daniella Á,lvarez con esa lección de vida y entre esos muchos que romantizaron lo sucedido, dudo mucho que estemos los discapacitados.
Porque esta romantización de la discapacidad es una forma fácil de no involucrarse en el problema, quitárselo de encima, creyendo que las personas con discapacidad son angelitos y así justificar la idea de que no pueden hacer nada: ni estudiar, trabajar, tener relaciones sexuales o parejas. Cualquiera que tenga una discapacidad sabe que, si de algo carece la experiencia es de glamour, diversión o encanto, no es algo cool. Pero igual, no te convierte en un ser frágil y etéreo con un halo lleno de misterio y seducción. No hay belleza en las discapacidades, son padecimientos y como tales deben atenderse. Romantizar no es quitar el estigma que impide, en muchos casos, tomar un tratamiento. Esto contribuye a un problema, que no es la discapacidad, sino todo lo que no se cumple alrededor y que hace que la discapacidad sea inviable, cuando no tiene que serlo. La inclusión es una construcción social que abarca todos los ámbitos de la familia humana. Acá no pasa, no estamos ni cerca.
Para que una sociedad pueda ser inclusiva tiene que desterrar muchos mitos, tener más información, despegar la palabra inclusión a cosas muy estáticas, como asociar la inclusión solo a discapacidad. Comer, tener un trabajo, ir al colegio, acceder a la salud también es inclusión. La inclusión tiene que ser permanentemente atendida y custodiada por las esferas de control, por el Estado. El 80% de las personas discapacitadas en edad laboral están desempleadas y con suerte 1 de cada 10 personas con discapacidad en edad laboral tienen trabajo y el Estado mismo reconoce que el cupo laboral destinado a discapacitados en dependencias gubernamentales no alcanza el miserable 1%, y eso, porque la ley establece una cuota mínima de trabajadores con discapacidad en entidades públicas y privadas, de al menos el 1% de personas con discapacidad. Igualmente, la discapacidad tiene mucho más que ver con la clase social a la cual se pertenece. De hecho, ,Desafío Caracol habría contratado como presentadora, a alguien que no fuera modelo y ex reina de belleza y como tal, con todas las comodidades sociales posibles?
Todos somos iguales ante la ley ,, reza la Constitución. Sin embargo, si pensamos en la realidad que le toca vivir a los desempleados, a los pueblos originarios, a las mujeres en su conjunto, a las personas con discapacidad, a los gays, a los negros, y a tantos otros grupos sociales vulnerables y minoritarios, podemos constatar que ninguno de ellos es considerado o tratado como iguales en la sociedad, y por tanto ni ante la ley. En los espacios judiciales no existen intérpretes, por ejemplo. Y ese trato desigual se manifiesta político, social, cultural, judicial y económicamente. Los discapacitados solo esperamos el día donde dejemos de hablar de incluir y podamos empezar a hablar de convivir, y que aprendamos que todo se logra no desde la palabra y las leyes que no se cumplen, sino desde los hechos y predisposición.
Hay que superar las instituciones que pretenden determinar nuestros remedios ,, las Iglesias con sus milagros, el Estado con sus políticas públicas y la Universidad con sus estudios en salud y discapacidad, instituciones que han tratado de imponer su verdad para determinar quiénes somos, cómo debemos ser, qué podemos decir, qué debemos desear e incluso qué se necesita saber sobre nosotros. Una sociedad accesible no discrimina a las personas por ninguna razón (ni por motivos económicos, ni por motivos sociales, ni por motivos personales), y asume la diversidad de todos los ciudadanos que la integran y respeta y hace respetar sus diferencias.
