Por: Admin - Fecha de publicación: 2024-03-18 17:31:37
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2024-03-18 17:31:37
Quiero unirme a toda su feligresía que hoy lamenta su retiro legal de la vida sacerdotal, de nuestro hermano, guía y fiel exponente purasangre, de la iglesia católica en el huila.
El padre Milciades es producto de sus propios orígenes en la entrega por la fe cristiana y el servicio a los feligreses de la iglesia católica en nuestra ciudad y departamento.
Deseo resaltar dos facetas bien conocidas del padre Mincho, en su historico paso el sacerdocio.
En sus 50 años de servicio a la causa de Dios, ha sido un auténtico precursor y líder en la construcción y adecuación de templos para el servicio de su comunidad religiosa, que lo sigue como pastor de la iglesia.
Los templos o casas de Dios, que bajo su propia iniciativa y dirección nos deja el padre Milciades, son de muy grata recordación y admiración, pues son obras e Iglesias de gran calado, construidas con exquisito gusto, que nos generan muy buena disposición íntima, en nuestro encuentro con Dios.
Al padre Mincho, a lo largo de su historia sacerdotal, en varias de sus parroquias, le tocó partir de cero. Su última realización, fue la fundación y construcción del templo de la parroquia de Santa Teresa de Calcuta en Neiva, que es un motivo de orgullo para todos.
En todas las Parroquias en donde ejerció como párroco, el padre Milciades se caracterizó por tener una iglesia de puertas abiertas a todos los feligreses y ciudadanos que acudieron al encuentro con Dios ya pedirle ayuda u orientación en momentos de dificultad.
En sus charlas y encuentros, siempre entrega grandes dosis de esperanza y fe, a su comunidad, amigos y ciudadanos de todos los estratos sociales. Fiel a las instrucciones del Papa Francisco, el padre Milciades ha tenido un contacto permanente con su feligresía, para llevar una voz de aliento a todo aquel que por una u otra circunstancia le necesita.
A diario salía de su templo, para visitar a su comunidad, llevando mensajes de fe y esperanza.
De mi parte, le expreso al padre Milciades, mi eterna gratitud por brindarme su amistad y apoyo, cada vez que en desarrollo de mis actos de fe y en unión de mi familia, nos recibió con afecto y generosidad infinitas, propia de su inolvidable apostolado . Sé muy bien, que es el mismo sentimiento de toda la sociedad, que hoy lamenta el retiro, de quien es, ha sido y será nuestro faro guía.
