Fecha de publicación: 2024-03-18 14:32:36
Un espaldarazo le dio la comunidad al Plan de Desarrollo que presentó al ESE Carmen Emilia Ospina y que será la hoja de ruta durante el periodo 20202023
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Durante sus años escolares, su padre, también médico, le enseñó francés, aritmética, gramática, física y geografía. Sus estudios de escuela primaria los realizó en varios pueblos de la provincia donde su padre cumplía sus funciones de galeno. Después de terminar el bachillerato en el Instituto de Huesca, Santiago se matriculó en la Facultad de Medicina de Zaragoza donde obtuvo la licenciatura de cirujano rural en 1873. Posteriormente ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid para graduarse como médico cirujano en el año de 1877.
En 1874, recién terminados sus estudios médicos en Zaragoza, se alistó en el ejército para cumplir dos años de servicio militar obligatorio. Fue asignado al cuerpo médico y ascendido al rango de capitán. Después de una corta estadía en Burgos fue trasladado a Cuba durante el conflicto de la independencia del país americano. En la isla fue nombrado director del hospital de campaña de Vista Hermosa en la provincia de Camag uuml,ey. Allí enfermó seriamente de malaria y fue remitido para su tratamiento a los hospitales militares de San Isidro y La Habana. En esta última ciudad solicitó retiro del ejército que le fue concedido y regresó a España en 1875 para someterse a una cura definitiva al cuidado de su familia.
Una vez recuperado de sus dolencias y con un trabajo estable como profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza, contrajo matrimonio en 1879 con Silveria Fañanás García, su novia de la juventud. Tuvieron 7 hijos. Uno de ellos, Santiago, murió siendo aún niño de una enfermedad congénita del corazón. Otro, Jorge, se destacó en el campo médico como su padre, el abuelo Justo y su tío Pedro.
En el mismo año de su matrimonio, el Dr. Cajal comenzó una larga y fructífera carrera docente en las facultades de medicina de las universidades de Zaragoza, Valencia, Barcelona y Madrid. Se dedicó a la enseñanza de las llamadas ciencias básicas como anatomía, histología (estudio de los tejidos sanos que componen un organismo como el cuerpo) y patología (análisis de los mismos pero afectados por enfermedades). Muchos de sus alumnos siguieron los pasos del maestro y llegaron a destacarse en la especialidad por ellos elegida. El periodo más fructífero como investigador fue en Barcelona durante los años de 1887 a 1892. Allí se dedicó a estudiar con paciencia, ahínco y perseverancia, usando un microscopio como su herramienta de labor, las células que componen el cerebro. Sus observaciones y descubrimientos acerca de la neurona, lo llevarían al estrellato de la ciencia internacional como uno de sus miembros más respetados y admirados por la seriedad de su trabajo.
Sus investigaciones las realizaba tiñendo en el laboratorio muestras pequeñas del cerebro humano o de animales con colorantes a base de metales preciosos como el oro y la plata. Las reacciones químicas entre estas substancias producen unos depósitos oscuros en las células que permiten su visualización a través de los lentes del microscopio. Así fue capaz de ver y describir algunos componentes de la neurona que se encuentran en su cuerpo, llamado también soma, o en sus prolongaciones o ramas diminutas designadas dendritas y axón. Pero Cajal no se contentó con observar células muertas en un tejido sino que intuyó y propuso cómo ellas funcionaban en el ser vivo, animado.
Al finalizar su segundo año en Barcelona propuso la teoría neuronal según la cual, dicha célula es la unidad básica de la arquitectura del cerebro y su funcionamiento. Para Cajal, cada neurona está separada de sus vecinas por un espacio y ellas se comunican entre sí por uniones que ahora se denominan sinapsis. Esto quiere decir que las neuronas en el sistema nervioso, del cual el cerebro es una parte, son células individuales y contiguas como pasa en otros órganos y tejidos animales y vegetales. Los contactos entre las neuronas que propusieron Cajal, y su separación en las sinapsis, fueron corroborados en la década de 1950 por estudios de microscopía electrónica que permiten la observación de estructuras más pequeñas a las vistas con un microscopio de luz. En 1889, al completar su arduo trabajo y postular sus teorías, Cajal decidió presentar y discutir sus hallazgos y opiniones en un foro internacional. Viajó al Congreso Anual de la Sociedad Anatómica de Alemania donde fue escuchado con escepticismo. Sin embargo, uno de los asistentes, el Dr. Albert K ouml,lliker demostró especial interés por el trabajo de Cajal y le propuso reproducirlo en su propio laboratorio. Cajal aceptó y con el correr del tiempo recibió con gran entusiasmo la noticia que sus descubrimientos habían sido confirmados por el Dr K ouml,lliker, y los resultados publicados en revistas científicas de renombre internacional. Ahora se afirma que el Dr. K ouml,lliker fue el descubridor , de Cajal.
El ascenso del Dr. Cajal a la cima del reconocimiento científico mundial no fue fácil, al contrario arduo y lento. Su principal detractor fue el investigador italiano Camilo Golgi, quien desarrolló los técnicas de colorear los tejidos usadas por Cajal y otros estudiosos, y sostenía que las neuronas en el cerebro eran células que estaban unidas entre sí formando una estructura continua o reticular. Golgi negaba que las neuronas fueran células individuales. Esta posición la mantuvo a pesar de que las observaciones de Cajal ya habían sido comprobadas por científicos en otros países. Cajal y Golgi compartieron el Premio Nobel de medicina en 1906 y durante la aceptación de dicho honor, Golgi continuó con acerbidad sus ataques contra el español.
Sus descubrimientos lo llevaron a formar un grupo de investigación, conocido como la Escuela Neurohistológica Española, cuyos miembros se dedicaron a estudiar diversos aspectos del sistema nervioso como su desarrollo, los otros tipos de células que lo componen, su actividad y las enfermedades que lo afectan. El resultado fue un conjunto de teorías y verdades que con el paso del tiempo han sido confirmadas y su validez permanece intacta.
El Dr. Cajal se embarcó también con gran éxito en otros campos como la pintura, el dibujo, la fotografía, la literatura y el ajedrez. Prefería ilustrar sus publicaciones científicas con sus propios dibujos, algo inusitado dentro de la comunidad científica de su generación y la actual. Se dice que realizó más de 20.000 dibujos. Como dibujante ha sido considerado uno de los mejores de su tiempo y comparado con Miguel Á,ngel y Leonardo da Vince. Fuera de más de 100 trabajos científicos en español, francés y alemán, en la literatura escribió una autobiografía y obras en los géneros de novela y cuento.
El reconocimiento mundial a este genio está plasmado en los numerosos títulos, medallas, honores, monumentos y premios recibidos a lo largo de más de un siglo. Con admiración, al Dr. Cajal se le considera el padre de la Neurociencia. Murió en Madrid el 17 de Octubre de 1834, a la edad de 82 años.
Foto: Dr. Cajal en el laboratorio junto al microscopio, su herramienta de trabajo.
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